En blanco y negro - 5 de Septiembre de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 648239953

En blanco y negro

El post-‘Bronx’

Proliferan las historias de ciudadanos intimidados, agredidos o atracados en Bogotá por los mal llamados habitantes de la calle que deambulan por la ciudad, ya en hordas escalofriantes, ya como criminales solitarios dispuestos a robar o chuzar a quien se les pase por delante. Horas de terror son las que han vivido en las últimas semanas los vecinos de barrios como Veraguas, los comerciantes del centro, los transeúntes de sectores aledaños a los caños que se han convertido en campamento circunstancial de quienes fueron desalojados del ‘Bronx’. Y ya se ven también por el sur, el oriente, el occidente y el norte. Por todos lados. Las cosas, como son. Peñalosa tuvo el coraje de acometer una acción contundente para enfrentar un imperio de criminalidad, crueldad, vicio, torturas, mafias y muerte que se había consolidado en el ‘Bronx’ ante la mirada tolerante de sus antecesores. Aplausos para Peñalosa. Sin embargo, después del operativo, la lectura entreguista de un fallo de la Corte les ha hecho creer a los bogotanos que nada se puede hacer ante los abusos que cometen estos seres humanos que, enviciados, esclavizados, marginados y golpeados por la vida, se han convertido en una verdadera amenaza ambulante para la ciudadanía, a la que intimidan, martirizan y despojan de muchos de sus derechos. Lectura equivocada. Una cosa es que a nadie puedan recluir en un establecimiento a la brava para aplicarle contra su voluntad un tratamiento de desintoxicación y otra, muy distinta, que se tolere que quien delinque siga en las calles atracando, robando o traficando, amparado en su condición de adicto. Una cosa es que si un grupo de ciudadanos quiere aprovechar un parque público lo pueda hacer sin que ninguna autoridad los moleste y otra cosa es que ninguna autoridad intervenga cuando estas personas molestan a los demás. En nombre de la convivencia no se puede agredir ni maltratar a los habitantes de la calle, pero en nombre de la convivencia no se puede tolerar que los habitantes de la calle agredan o maltraten a los demás. Es cierto que los adictos deben ser tratados desde una perspectiva de salud y atención pública para propender a su desintoxicación...

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