Al ‘boom’ ecuatoriano le llegó la recesión - 26 de Julio de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 645715429

Al ‘boom’ ecuatoriano le llegó la recesión

América

Sandra Ramírez Carreño Redacción Internacional En Twitter: @esalgosimple Ecuador está en recesión. El boom económico que le dio durante varios años la bonanza petrolera y que llevó al gobierno del presidente Rafael Correa a gastar sin límite en inversión social y en infraestructura en los años anteriores se acabó. El mismo mandatario lo reconoció recientemente, al afirmar que su país registró un decrecimiento del 3 por ciento en el primer trimestre del 2016, el peor en una década. “Tenemos tres trimestres consecutivos de decrecimiento, lo cual claramente habla de una recesión de la economía que nadie ha negado”, señaló Correa. Pero la recesión comenzó a mostrar su cara desde finales del 2014, cuando el precio internacional del petróleo empezó a caer en picada y pasó de 95 dólares por barril en el 2013 a 47 dólares en el 2014, y luego a 32 en el 2015, momento en el que Ecuador cerró su año con un crecimiento del producto interno bruto (PIB) del 0,5 por ciento, casi tres puntos por debajo del que se registró en el 2014. No solo la caída del precio del petróleo afectó los ingresos fiscales del Gobierno, también el flujo de recursos –que, según expertos, están casi agotados– el gasto público y las perspectivas de crecimiento. “A eso se suma la apreciación del dólar a nivel mundial, lo cual hace menos competitivas nuestras exportaciones en general”, dijo a EL TIEMPO Carlos de la Torre Muñoz, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Pontifica Universidad Católica del Ecuador. A la lista, señaló a este diario el analista económico ecuatoriano Pablo Dávalos, también hay que añadirle que las medidas de ajuste impulsadas por el Gobierno a comienzos de este año –principalmente el aumento de los impuestos– han producido una disminución de la demanda interna y han reducido la actividad económica. Desde el Palacio de Carondelet, Correa le ha atribuido algo de la recesión al “devastador” terremoto del pasado 16 de abril, que dejó pérdidas por más de 3.000 millones de dólares. Hay quienes afirman que el Gobierno tiene razón, pues los daños causados por el sismo en infraestructura y telecomunicaciones lo obligaron a un gasto inmediato para evitar la paralización de la economía de las regiones afectadas, sumado al hecho de que se tuvieron que invertir millones de dólares para ayudar a los damnificados por el movimiento telúrico. Pero otros argumentan que las regiones de Manabí y Esmeraldas, las más afectadas por el terremoto, solo...

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