Lo bueno, lo malo y lo feo de la ley de amnistía - 17 de Enero de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 658360949

Lo bueno, lo malo y lo feo de la ley de amnistía

Juanita Goebertus Estrada* Especial para EL TIEMPO El pasado 30 de diciembre fue sancionada la ley de amnistía. Sin embargo, en medio de las celebraciones de fin de año, y a pesar de desarrollar uno de los temas más controversiales del acuerdo de paz con las Farc, poco o nada se ha analizado al respecto. Lo bueno es que esa ley incentiva la dejación de las armas y aclara que hay crímenes tan graves que en ningún caso serán amnistiados. Lo malo es que quienes decidan no contar la verdad ni reparar a las víctimas no perderán por ello la amnistía. Y lo feo es que la ley se aprobó como una aplanadora en el Congreso de la República, sin discusión alguna de las más de cincuenta proposiciones presentadas por los congresistas. Lo bueno Cuatro grandes razones permiten explicar por qué esta es una buena ley. La primera. Genera el principal incentivo para la dejación de las armas al señalar que la amnistía solo se aplica a quienes hayan efectuado la dejación de las armas de conformidad con el cronograma que aparece en el acuerdo de paz (Artículo 18). Ante los resultados del plebiscito y los riesgos de que avance una candidatura que se oponga al cumplimiento del acuerdo, el que la guerrillerada solo pueda ser amnistiada si culmina el proceso de entrega de armas a la ONU es un incentivo inmenso para que no se las queden, como garantía mientras esperan los resultados electorales del 2018. La segunda. La ley señala expresamente que en ningún caso se amnistiarán, indultarán, ni se podrá renunciar a la persecución penal de los delitos de lesa humanidad, el genocidio, los graves crímenes de guerra, la toma de rehenes u otra privación grave de la libertad, la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, la desaparición forzada, el acceso carnal violento y otras formas de violencia sexual, el desplazamiento forzado y el reclutamiento de menores (artículos 23 y 46). Este es un paso fundamental. Los crímenes que más le duelen a la sociedad colombiana –como la política de secuestro, la bomba en el Club El Nogal, la masacre de Bojayá, los falsos positivos, el exterminio de la Unión Patriótica, el reclutamiento de niños, por solo mencionar algunos– no quedarán en la impunidad. Deberán ser investigados, juzgados y sancionados. La tercera. La ley permite evitar que el Tribunal se congestione procesando los casos menos graves. No olvidemos que la primera sentencia de Justicia y Paz fue en el 2009 contra alias el Loro –un mando medio– por el delito de falsedad documental...

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