Cambalache - 16 de Febrero de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 492452242

Cambalache

Daniel Samper Pizano

Solo lo sabía el Espíritu Santo, si es que el Espíritu Santo existe. Pero ahora entendemos que lo que necesitaba la Iglesia católica para sacudirse y reencontrarse era un pontífice procedente del humilde sur. Francisco, el papa argentino, cumple un año en el Vaticano y son muchas las cosas que han cambiado. No parecía muy clara su actuación durante la dictadura militar, circunstancia que llevaba a temer que con él se perpetuara la ola conservadora y oscurantista que implantó Juan Pablo II y que mantuvo su sucesor, el despistado y débil Benedicto XVI. Fue entonces cuando la paloma se convirtió en ave de presa. Atacó el Espíritu Santo, si es que el Espíritu Santo existe, y se produjeron la feliz renuncia de Benedicto y la opción de un papa latinoamericano. Un año después, el antiguo cardenal Jorge Mario Bergoglio puede exhibir una sorprendente labor de ajuste, limpieza y regreso al cristianismo básico. La limpieza se orienta contra la poderosa curia romana, esa burocracia que gobierna la Iglesia con puño apretado y gesto duro. En menos de doce meses, Francisco asaltó y empezó a desmontar el fortín reaccionario del cardenal Bertone. Con sutileza papal, fue colgando en las paredes de la Capilla Sixtina las cabezas de Bertone y los jerarcas Burke, Piacenza y Pozzo. También purgó el Banco Vaticano, opaco nido de trapisondas financieras, y creó una comisión para la defensa de los niños, cuyo fin es limpiar de pederastas templos y escuelas católicas. La ONU pide más. Pide que los clérigos abusadores queden en manos de la justicia. Los cinco elementos de la confesión demandan examen de conciencia, arrepentimiento, propósito de la enmienda, confesión de boca y satisfacción de obra. Hay quienes creen –la ONU entre ellos– que la Iglesia no ha cumplido algunos de estos pasos. Francisco también ha rebajado la obsesión vaticana con el sexo, que aburre a los creyentes y los aleja. No es que apruebe la unión de homosexuales, ni seguramente lo hará. Pero ya se preguntó en voz alta quién era él para juzgar estos asuntos. Varias armas entregó a Bergoglio el Espíritu Santo, si es que el Espíritu Santo existe. Una de ellas es la pedagogía del ejemplo: así como el movimiento se demuestra andando, la austeridad marcha con la...

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