Un cambio inocultable Condonando el condón - 25 de Noviembre de 2010 - El Tiempo - Noticias - VLEX 229631874

Un cambio inocultable Condonando el condón

La reciente afirmación del papa Benedicto XVI sobre el condón estará, como muchos textos religiosos, sujeta a miles de interpretaciones contradictorias. Lo que dijo fue que ?pueden existir casos concretos justificados, por ejemplo cuando una prostituta usa un condón, y este puede ser el primer paso hacia la moralización, un primer acto de responsabilidad para desarrollar de nuevo la conciencia de que no todo está permitido y no se puede hacer todo lo que se quiere?. La frase es tan ambigua y tímida que muchos podrán decir que no hay cambios, que la doctrina católica es intemporal y los papas dicen y enseñan siempre lo mismo.

Pero en un tema con precedentes de total rigidez, el cambio es inocultable: es la primera vez que un papa menciona un uso justificado del condón, a pesar de que impida el fin natural del acto sexual, la reproducción.

Antes?y en especial en las declaraciones de Pablo VI de Populorum Progressio y Humanae Vitae? era claro que cualquier forma de control de natalidad, fuera de la que usa ingeniosamente los ritmos de la naturaleza, está prohibida y es un atentado contra la vida, incluso si es el medio para proteger la salud propia o de la pareja.

Ahora, la prostituta que usa el condón se ve en una luz más positiva que la que no lo usa: algo ha avanzado hacia la moralidad. Ambas violan la prohibición de sexo fuera del matrimonio y contribuyen al pecado de su pareja, pero la que evita el riesgo de enfermedad es más responsable que la que, por no violar la ?ley natural? que prohíbe impedir el embarazo, arriesga la salud de su compañero.

El inesperado ejemplo puede aplicarse a los homosexuales o a quienes tienen sexo fuera del matrimonio, o a las poblaciones africanas donde el riesgo del sida es agobiante: en estas situaciones se buscaría proteger a otro ser humano, y esto abre el camino para otros ?casos concretos justificados? de uso del condón, como medio para fines valiosos o al menos como mal menor.

El sexo, como el hambre, es casi incontrolable, y ante esto, como ni siquiera los católicos tienen la fuerza para reprimirlo, y seguirá habiendo...

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