¿Cómo, cuándo y por qué cambió la Semana Santa? - 4 de Abril de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 563460258

¿Cómo, cuándo y por qué cambió la Semana Santa?

Francisco Celis Albán Editor EL TIEMPO Padre Julio Solórzano, ¿cómo era la celebración de la Semana Santa hace medio siglo y por qué cambió? La Semana Santa era una celebración religiosa que nos llegó de España, muy llena de la nueva sensibilidad por lo humano que trajo el Renacimiento, con una necesidad muy grande de ver a escala natural el dolor, la tragedia, el sufrimiento, los grandes temas humanos cifrados en toda la imaginería religiosa; tradiciones muy coloridas, con música y toda la sensibilidad barroca. Esa fue la Semana Santa que nos llegó y que heredamos. Tenemos grandes celebraciones por todas partes, Mompox, Popayán y en varios pueblos de Santander. Era la celebración de una sociedad católica y de una cultura católica. La transformación del mundo, pero también la de la Iglesia, ha llevado a que en el presente, con nuevas sensibilidades, se despoje de mucho ropaje y pueda verse con inmensa nitidez cuando menos para el pueblo creyente, el centro de nuestra fe, que es lo que conmemoramos en Semana Santa: la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo. Pero no tanto a la manera de una obra teatral, que era la estructura histórica, folclórica, que teníamos, que eran como unas representaciones a lo vivo, cargadas de sensibilidad, de muy buenos sentimientos humanos y cristianos, y llena de muy loables tradiciones, por ejemplo, para la vida de la familia; las comidas del Jueves Santo... muchísimas tradiciones culturales, pero al mismo tiempo una visión y una experiencia recortada, en cierto modo, del misterio cristiano. Por ejemplo, las celebraciones de Semana Santa iban hasta el Viernes Santo. El centro de la Semana Santa era el dolor, la muerte. La gente iba a los actos del Viernes Santo prácticamente como a funeraria. Todo el mundo de vestido negro, las señoras de mantilla negra, solemne silencio. Había que hacer duelo por el Señor, que murió. Era a ese nivel la sensibilidad. Después, la procesión del resucitado era una cosita del sábado a las seis de la mañana con las señoras más piadosas de la parroquia, pero no tenía un significado mayor. Es decir, el acento de la celebración estaba o pendía sobre el elemento sacrificio, muerte, dolor, pero el otro elemento, la otra dimensión de nuestra fe, que es el triunfo sobre la muerte, sobre el dolor, la salvación quedaba opacado. Me parece que este es un elemento para aproximarnos a un análisis de la celebración antigua y su comparación con la actual. Entonces, ¿qué pasó para que se produjera la decisión de dejar atrás esa manera de celebrarla? Pasó que vino la gran reforma de la Iglesia en el Concilio Vaticano...

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