Capítulo V. Sobre el carácter primitivo de la regla de derecho
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DERECHO FLEXIBLE. PARA UNA SOCIOLO GÍA NO RIGUROSA DEL DERECHO
TITULO I
EL DERECHO OBJETIVO
CAPÍTULO V
SOBRE EL CARÁCTER PRIMITIVO DE LA REGLA DE DERECHO*
Postulamos, sin fecharla, la antigüedad del derecho. Pero lo que está en
elemental, el mandato general y permanente del poder— ha sido la primera
forma del fenómeno jurídico. ¿Ha estado en su origen el derecho constituido
por reglas? ¿Por juicios? ¿O quizá por algún tercer fenómeno jurídico, que nos
es preciso tratar de imaginar?
El hecho de que este tipo de investigación esté destinado a seguir siendo algo
conjetural no es una razón para abstenerse de intentar hacerla. No hay nada
que sea más refrescante para el derecho, ni más propicio para atemperarlo,
que la duda sobre sí mismo. El estudio puede que no sea totalmente inútil si
llega a sugerir que la regla, a pesar de todas las bienaventuranzas que les ha
traído a los hombres, no es quizá una forma necesaria y eterna del derecho.
Lo que hace que la investigación sea conjetural es que la prehistoria jurídica
escapa a toda observación directa1. Nos quedan las inducciones, plausibles,
aunque siempre basadas en interpretaciones subjetivas, que se pueden extraer
de la contemplación de sociedades situadas en el borde de la historia o en
islotes de primitivismo que sobreviven entre nosotros. Es posible, por otra
parte, multiplicar los campos indirectos de investigación, haciendo recaer
esta última no solo sobre la práctica de la regla (I), que es lo primero que nos
viene a la mente, sino también, por una especie de desplazamiento del objeto
de la prueba, sobre el sentimiento de la regla (II).
* Este artículo apareció primero en las Mélanges Paul Roubier, 1961, tomo 1, Dalloz y Sirey,
antigüedad de la regla de derecho a Paul ROUBIER, que supo explorar magistralmente el
abismo de los tiempos en que las leyes se pueden perseguir durante un instante antes de
perderse.
1 Cf. J. CAZENEUVE en el Traité de sociologie de G. GURVITCH,
embargo, J. DAUVILLIER, Mélanges Henri Lévy-Bruhl, página 351.
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