Cara a cara entre Iglesia católica y homosexuales - 31 de Agosto de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 526327718

Cara a cara entre Iglesia católica y homosexuales

‘El niño es muy feliz con sus dos papás’

José Alberto Mojica Patiño Redactor de EL TIEMPO El niño mira hacia la derecha y dice: “Él es mi papá Antonio”. Mira hacia la izquierda y dice: “Él es mi papá Francisco”. Así, con plena naturalidad, el menor, de 3 años, cuenta que tiene dos papás. Aún está muy pequeño como para preguntarse si eso es bueno o malo. Desde que nació ha estado rodeado por ellos, por su amor y protección. Ambos se han encargado de su crianza y cuidados: de darle los teteros, cambiarle los pañales, llevarlo al pediatra, de cuidar sus primeros pasos y de llevarlo a la escuela de fútbol. En un viaje reciente a Argentina, Francisco encontró unos cuentos infantiles que abordan el tema de la diversidad de familias que existen en la sociedad actual: del niño criado solo por la mamá, o por el papá, o por los abuelos, o por dos mamás o dos papás. El hombre, de 31 años, espera a que crezca, tal vez uno o dos años más, para leerle esas historias y empezar a explicarle que la familia en la que está creciendo tal vez no sea como la mayoría. Solo que es distinta. Cuando se conocieron, Antonio ya tenía un hijo, que hoy tiene 25 años. “Estudia medicina, es músico y un ser humano maravilloso. Y sí, es heterosexual, y siempre ha sabido que su padre es homosexual”, cuenta el abogado, de 42 años. Su hijo, dice, nunca lo ha recriminado ni irrespetado. También ha sabido que sus padres eran compañeros de colegio, muy jóvenes e inexpertos. Y que su madre biológica decidió entregárselo a su padre porque no tenía condiciones para criarlo. “Es un muchacho como cualquier otro, feliz, sin traumas ni nada raro; siempre ha estado rodeado de mi amor y del de toda mi familia”, sigue Antonio. Francisco, de 31 años y también abogado, reconoce que al ver a su pareja con su hijo, realizado como ser humano y padre, quiso seguir su ejemplo. “Estaba cerca de graduarme en la universidad y me pregunté: ¿qué sigue? ¿Trabajar, ahorrar, tener dinero, viajar por el mundo? No. Debía buscar el motor de mi vida”, cuenta. Fue así como nació la idea de ser padre. El problema era cómo. Buscaron. Primero en internet. Escribieron las palabras ‘alquiler de vientres’ y encontraron un nutrido listado de mujeres dispuestas, sobre todo en Cali, Pereira y Medellín. Contactaron a una. La conocieron. Le ofrecieron 15 millones de pesos y ella aceptó. Era una mujer joven y sana. Hubo varios encuentros íntimos, pero no quedó embarazada. Acudieron a una clínica de fertilización del Valle...

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