La cara negativa del impacto que dejan los domiciliarios en la calle - 15 de Junio de 2019 - El Tiempo - Noticias - VLEX 792167953

La cara negativa del impacto que dejan los domiciliarios en la calle

REDACCIÓN BOGOTÁ - EL TIEMPO @BogotaEtara algunos vecinos del barrio, empleados oficiales, trabajadores, altos ejecutivos de compañías y estudiantes, pedir domicilios se ha convertido en una aplicación de primera necesidad: si llueve, es tarde en la noche, no alcanza a almorzar o tiene pereza de salir, desde el celular se solicita, y le llega en moto o con un bicimensajero. Esta es hoy una fuerza laboral del rebusque que alivia de los trancones, ahorra tiempo y, en general, facilita la vida actual. Y además, según los reportes, mueve miles de millones de pesos. Pero también hay otra cara de la moneda: se están convirtiendo en una nueva problemática de la vida actual de las ciudades. Este es un fenómeno que afecta la convivencia y la tranquilidad en el espacio público porque, como se evidencia en el diario vivir, la mayoría de ellos violan las normas de tránsito, no respetan a los peatones, pasan montados en sus bicicletas en los puentes peatonales y cuando se les reclama insultan. Además, como si fuera poco, no utilizan casco y ponen en riesgo sus propias vidas. Y a muchos de ellos se los ve dormir, comer y hacer sus necesidades en la calle. Es para la ciudad un nuevo dolor de cabeza que antes no se sentía. María V. G. es una ciudadana del barrio Santa Bárbara, en el norte de la ciudad. Con frecuencia hace sus pedidos por las aplicaciones. Pide comida, medicamentos, bebidas; cuenta que la ha utilizado hasta para enviar su computador o las llaves del carro sin ningún inconveniente, y hasta para comprar la comida de su mascota. "Es una maravilla de servicio", dice a EL TIEMPO la ejecutiva que trabaja para una multinacional. Pero, por paradojas de la vida, María es también víctima del éxito de estos jóvenes y adultos que se levantan lo del diario llevando pedidos de un lado para otro. Porque ahora hay tantos que en horas de la noche, y sobre todo en la madrugada, se ubican frente a los centros comerciales, a los restaurantes, por los lados de los supermercados y, en general, donde haya gran movimiento de mercancías, como licoreras, droguerías y otros lugares, con las consecuencias propias del desorden colateral del servicio. "Hacen ruido, toda la noche es un bullicio. Eso es insufrible. En la noche y la madrugada se escuchan carcajadas; juegan cartas, dominó, pelean, duermen, se orinan en los árboles mientras les llega la solicitud del pedido", dice la mujer. A esto se suma que la delincuencia común aprovecha la reunión de los mensajeros para...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR