CARTA DEL DIRECTOR Vuelve y salta la liebre - 19 de Marzo de 2013 - El Tiempo - Noticias - VLEX 428266570

CARTA DEL DIRECTOR Vuelve y salta la liebre

Ricardo Ávila Pinto

ricavi@portafolio.co

Chipre es uno de esos países que sale poco en las noticias. Ubicado en el extremo oriental del mar Mediterráneo, más cerca de Asia que de Europa, tiene, apenas, algo más de un millón de habitantes y un gran problema pendiente de ser resuelto.

Si bien los historiadores podrían decir que ese gran inconveniente es su relación con Turquía, que invadió la isla en 1974 y formó una república que abarca una tercera parte del territorio y solo es reconocida por Ankara, el lío mayúsculo es más reciente. Este consiste en las angustias financieras que enfrentan los bancos chipriotas que se encuentran al borde de la quiebra, ante lo cual el Gobierno en Nicosia tuvo que solicitar la ayuda de la Unión Europea.

En respuesta, el bloque comunitario dio una contestación afirmativa el fin de semana, que consiste en girar unos 10.000 millones de euros con el fin de contener la avalancha. No obstante, Bruselas pidió a cambio un esfuerzo por parte de las entidades de crédito de la pequeña nación, que manejan fondos muy superiores al tamaño de su economía.

La fórmula encontrada fue la de aplicarles un impuesto a los depósitos, inicialmente establecido en 9,9 por ciento para los saldos de más de 100.000 euros y en 6,75 por ciento para las cuantías inferiores a dicha suma. En consecuencia, se decretó un feriado bancario -conocido coloquialmente como 'corralito'-, tras el cual todos los cuentahabientes recibirían su dinero, descontado, en una sola cuota, el tributo mencionado.

Parte de la lógica detrás de la medida es que Chipre es usado como un refugio para evadir al fisco. De los 65.000 millones de euros que han recibido los bancos de la isla, unos 27.000 millones son propiedad de extranjeros y más de la mitad pertenece a ciudadanos rusos. De tal manera, suena apenas razonable que los ahorradores que han sacado la plata de sus países paguen parte de la cuenta y no los contribuyentes del Viejo Continente.

Sin embargo, dicha política rompe con un principio no escrito en la Unión Europea, en el sentido de que el público puede tener la garantía de que sus fondos están a salvo. Esa regla de oro es fundamental para mantener la credibilidad de un sistema, que en...

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