Los cien años de la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá - 5 de Mayo de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 678420633

Los cien años de la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá

Los orígenes de la Sociedad de Mejoras y Ornato de Bogotá se remontan a 1863, cuando se institucionalizó el Distrito Federal que había sido promovido por el general Mosquera. Bogotá, pequeña aldea monacal, había quedado sumida en un limbo jurídico y en una precaria situación fiscal, gracias al espíritu de asociación y la férrea vocación de servicio de un grupo de ilustres caballeros de Santafé de Bogotá, quienes aunaron esfuerzos en procura de mejorar las condiciones de vida de sus conciudadanos. El 17 de marzo de 1917, hace exactamente un siglo, el alcalde, Raimundo Rivas, mediante el Decreto n.º 10, ordenó la creación de la Sociedad de Embellecimiento de Bogotá, que en 1930 adoptó su nombre actual. En 1958 recibió, como legado de doña Mercedes Sierra de Pérez, parte de la hacienda denominada El Chicó y posteriormente se encargó de organizar el Museo que lleva su nombre. Hoy, además de ser un hermoso museo de artes y antigüedades, es un verdadero remanso en la agitada vida citadina. En estos 100 años ha realizado un sinnúmero de labores en beneficio de Bogotá: la formulación del plano Bogotá Futuro, el mejoramiento de parques, plazas, calles y espacios públicos; el apoyo a las comunidades, la protección del patrimonio cultural. Desde su fundación, la Sociedad se ha caracterizado por su enfoque filantrópico, solidario, responsable y un compromiso irrenunciable de trabajar por Bogotá y sus ciudadanos. Con el más profundo respeto por nuestro pasado y a partir de las nuevas realidades, hoy pretendemos construir las bases para trabajar por una mejor ciudad. El traumático tránsito a un país urbano desbordó la incipiente capacidad de respuesta de las instituciones jurídico-políticas, que no obstante el esfuerzo de varias administraciones, no lograron dar una respuesta adecuada, con lo que dejaron atrás profundos desajustes con sus consecuentes conflictos sociales. Se agudizaron las inequidades urbanas, creció la subnormalidad, se aceleró la destrucción del medioambiente, la deforestación inclemente, la contaminación de ríos y humedales; se generó una compleja heterogeneidad cultural, así como la yuxtaposición de múltiples códigos de conducta morales, sociales y políticos. Las consecuencias derivadas de este acelerado proceso han alcanzado una dinámica tal que los esfuerzos emprendidos para consolidar una democracia local, mediante importantes reformas institucionales como la elección popular de alcaldes, la descentralización administrativa o la...

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