Cocinas solares para no usar leña, en Argentina - 2 de Julio de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 644188029

Cocinas solares para no usar leña, en Argentina

Teresa Zolezzi Para La Nación (Argentina) Seducido por las ganas de viajar por el mundo y abrirse al encuentro con otros, Pierre Horrouët dejó su Francia natal para tomarse un año sabático. Mapa en mano, obedeciendo a su instinto curioso, marcó aquellos países que formarían parte de la aventura, como Rusia, Mongolia, Corea del Sur, China, Japón, Vietnam, Camboya, Tailandia, Nueva Zelanda y Chile. La Argentina no figuraba en el listado. Sin embargo, un cambio de planes lo llevó hasta la ciudad de Salta, donde se instaló definitivamente hace 12 años, formó una familia y creó una organización social llamada Solar Inti, dedicada a la construcción de cocinas solares y ecológicas para comunidades vulnerables: familias humildes, escuelas y comedores infantiles. “Dejé mi trabajo en Francia, donde me iba muy bien, y vendí el auto, la heladera, la cama, mi ropa. Me arriesgué porque siempre pensé que cuanto más diferentes son las personas y las culturas, más interesantes resultan”, cuenta Pierre, agrónomo de 40 años cuya infancia estuvo ligada al campo, la pesca y pasar tiempo con su familia. “En mi juventud eché raíces sólidas y eso me sirvió después, porque cuando viajás tenés que tener esa raíz fuerte para no perderte”, aclara. Cuando estaba recorriendo Chile sintió el deseo de visitar la Argentina para aprender a bailar tango. “En Salta me gustó mucho cómo me recibieron, y enseguida me inscribí en clases de coro y de baile. Porque aprendí que si como turista solo conocés los lugares típicos, no ves nada. Pero si empezás a anotarte en actividades propias de cada sitio, descubrís ese lugar de verdad”, sostiene. En Salta se cruzó con la Fundación Siwok, enfocada en el desarrollo comunitario de pueblos originarios. Le contaron que estaban haciendo un proyecto para revalorizar la cultura aborigen, y Pierre quiso ayudar. A la iniciativa se sumó Josefina, una salteña con quien se casó tiempo después y formó una familia. “Pudimos entrar a las casas de la gente y vimos cómo cocinaban, el humo tóxico que inhalaban (cada comida elaborada con estas rudimentarias cocinas es equivalente a fumar 40 cigarrillos), la cantidad de hollín generado y cómo ellos cargaban diariamente 30 kilos de leña al hombro”, recuerda el francés. Pierre se puso en contacto con un exprofesor de física y empezó a buscar financiamiento para construir las...

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