Comentarios al Proyecto de Ley 163 de 2016 Senado, 178 de 2016 Cámara - 5 de Diciembre de 2016 - Gaceta del Congreso - Legislación - VLEX 655308969

Comentarios al Proyecto de Ley 163 de 2016 Senado, 178 de 2016 Cámara

COMENTARIO DE LA ANDI AL PROYECTO DE LEY NÚMERO 178 CÁMARA-163 SENADO por medio de la cual se adopta una Reforma Tributaria Estructural, se fortalecen los mecanismos para la lucha contra la evasión y la elusión fiscal, y se dictan otras disposiciones. 020630

Bogotá, 8 de noviembre de 2016

Honorable Senador

ÓSCAR MAURICIO LIZCANO ARANGO

Comisión Segunda

Senado de la República

Bogotá

Asunto: Postura de la Asociación Nacional de Industriales frente a propuesta de un impuesto nacional al consumo de bebidas azucaradas

Respetado Senador:

El Proyecto de ley número 178 Cámara, 163 Senado, por medio de la cual se adopta una Reforma Tributaria Estructural, se fortalecen los mecanismos para la lucha contra la evasión y la elusión fiscal, y se dictan otras disposiciones, que presentó el Gobierno nacional para análisis del Congreso de la República, incluye la propuesta de establecimiento de un impuesto nacional al consumo de bebidas azucaradas, razón por la cual en nombre de Asociación Nacional de Empresarios (ANDI), su Cámara de la industria de bebidas y en particular de las empresas de fabricantes y comercializadoras de bebidas del país tanto del orden nacional como regional, nos permitimos expresar nuestro rechazo a esta propuesta por considerarla ineficaz, inconveniente y discriminatoria.

El establecimiento de un impuesto específico y adicional para las bebidas provenientes de la industria con azúcar es una política pública ineficaz para resolver los problemas de sobrepeso, ha fracasado en los países donde se ha implementado, carece de sustento científico concluyente y tiene efectos sociales y económicos adversos comprobados.

En este sentido, de manera respetuosa, queremos exponer a ustedes, las razones por las cuales invitamos a que esta medida tributaria se rechace en la Ponencia del proyecto de ley y en consecuencia se descarte en el trámite legislativo.

A continuación, exponemos los argumentos que sustentan la solicitud:

1. La experiencia internacional no es exitosa en términos de salud y por el contrario se han registrado impactos económicos y sociales adversos

En ninguno de los pocos países donde se ha establecido este tipo de impuestos ¿incluso en los que se incluyen alimentos¿ se ha registrado resultado positivo alguno en cuanto a reducción de indicadores de sobrepeso y obesidad, propósito con el cual se ampara esta medida.

México, país el cual frecuentemente se cita como ejemplo, no registra efectividad de esta medida en el ámbito de la salud, es así como en dicho país y por virtud del impuesto, el consumo de calorías provenientes de las bebidas ha disminuido de manera marginal, aproximadamente entre dos y seis calorías por día[1][1] en una dieta de más de 3.000 calorías como la mexicana[2][2], lo cual se traduce en una disminución diaria de calorías de menos de la mitad del uno por ciento, resaltando que estas cifras soportadas en los datos del sistema estadístico oficial de México fueron ratificadas por un estudio en el 2015 del Centro de Investigación Económica del Instituto Tecnológico de México que evaluó los efectos del impuesto sobre el precio, el consumo y la salud y el cual entre otras encontró que el índice de masa corporal, una principal medida de la obesidad, tampoco disminuyó en el 2014.[3][3]

En Dinamarca el mal llamado impuesto antiobesidad tuvo diversos impactos negativos, tales como: una inflación de hasta el 4,7% en el año 2012, la reducción de ventas en comercios locales y el desplazamiento de la población a países cercanos para realizar sus compras evitando la compra de bebidas y alimentos gravados con este impuesto[4][4], por lo cual las empresas de bebidas y alimentos del país se vieron obligadas a suprimir más de 1.300 puestos de trabajo, situación la cual sumada a la ausencia de resultados en salud llevó a la derogación del impuesto y el descarte de planes de establecer un impuesto al azúcar.[5][5]

2. Diferentes estudios, incluidos los citados por la Organización Mundial para la Salud (OMS), no demuestran resultados concluyentes sobre efectos para la salud, justificación central de esta propuesta

La OMS realizó recomendaciones para implementar medidas fiscales contra, para abordar el sobrepeso y las enfermedades crónicas no trasmisibles asociadas a la obesidad y en su segunda recomendación solicitó a los países realizar investigaciones y estudios, pues ¿existe una brecha en la evidencia sobre el efecto de un impuesto a las bebidas azucaradas en la mejora de la salud, el peso y las enfermedades no transmisibles¿[6][6], requerimiento del organismo mundial de sa lud que se corresponde con lo expuesto en el anterior numeral en el cual se evidencia que no existe un solo país en el mundo que haya logrado mejorar sus indicadores de sobrepeso y de salud por virtud de los impuestos, incluso en los países donde se ha incluido también a los alimentos.

Sumado a lo anterior, el organismo internacional de salud, en el documento en el que se ampara la propuesta a discusión del Congreso solicita que se tenga en consideración el requerimiento nutricional de cada país, análisis el cual vale la pena resaltar está ausente en el debate nacional, por lo cual se está planteando una medida sin tener en consideración la realidad de la alimentación colombiana o los determinantes reales de la obesidad del país, destacando que un análisis simple evidencia el error de asignar un rol preponderante a las bebidas con azúcar como responsables de los índices de obesidad del país ya que su aporte en relación con calorías es marginal al representar el 2.7% del total de la energía que el colombiano consume diariamente[7][7], o que el consumo per cápita de bebidas en Colombia está entre los más bajos del continente, con una cifra de 54.1 litros de bebidas gaseosas al año, mientras en la región, el promedio es de 147[8][8] litros y que en relación con el consumo azúcar, como lo señalan los informes del mismo gremio azucarero las bebidas no son ni la primera ni segunda...

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