compositor libre - 12 de Abril de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 842758306

compositor libre

El primer"Un ‘popstar’ de 250 años". Así definía a Ludwig van Beethoven el semanario alemán Der Spiegel en su portada, cuando anunciaba la conmemoración de su aniversario. La descripción no podía ser más certera: no hay una manifestación cultural que haya escapado a la influencia del compositor. En La naranja mecánica, por ejemplo, el director Stanley Kubrick se sirvió de varias obras del alemán para narrar partes de la historia de Alex. Andy Warhol hizo una serigrafía con su retrato. Walter Murphy adaptó a ritmo de música disco el primer movimiento de la Quinta sinfonía, llamó a la canción A Fifth of Beethoven y luego esta se incorporó a la banda sonora de Fiebre de sábado en la noche. Chuck Berry compuso Roll Over Beethoven a manera de clamor para que en la radio sonara más rock and roll y rhythm and blues y menos música clásica; aunque tanto él como los Beatles, que grabaron luego la misma canción, pasaron por alto que el primer riff de la historia de la música había sido creado por Beethoven: "Ta-ta-ta-taaaa". Tres corcheas y una blanca que se han retomado millones de veces, una de ellas en la primera cinta sobre las aventuras de un cachorrito san bernardo que, cuando escucha esas primeras notas de la Quinta sinfonía, da un ladrido del que surge su nombre y la saga: Beethoven. Aunque mucho antes, en 1977, esta sinfonía junto a otra composición de Beet-hoven fue incluida en un disco de gramófono, titulado Los sonidos de la Tierra, que partió a bordo de la sonda Voyager 1 y que todavía anda dando vueltas por el sistema solar. A lo que se suma que en 1982 su obra cumbre sirvió para definir el futuro de la grabación de la música digital, cuando el legendario director de orquesta Herbert von Karajan zanjó las diferencias entre Sony y Philips, las dos compañías que desarrollaron el disco compacto, cuando argumentó que este nuevo formato debía permitir que se escuchara la Novena sinfonía de Beet-hoven sin interrupciones; es decir, que debía tener un almacenamiento de al menos setenta y cuatro minutos, que era lo que duraba la grabación que se había hecho de ella en el Festival de Bayreuth, en 1951. Aunque para ese momento esta sinfonía todavía no había sido declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco -eso sucedió el 2001-, ya era un símbolo de paz entre las naciones. Durante los Juegos Olímpicos del 56, la primera parte de ese célebre último movimiento se utilizó como himno para los equipos de la República Federal de Alemania y la República Democrática Alemana. Y así podría alargarse la lista de los motivos que han hecho de Beethoven una auténtica estrella, cuyas composiciones no solo han...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR