Concepto Jurídico al Proyecto de Ley 110 de 2018 Senado
CONCEPTO JURÍDICO DEL MINISTERIO DE SALUD Y PROTECCIÓN SOCIAL AL PROYECTO DE LEY NÚMERO 110 DE 2017 SENADO por medio de la cual se incentiva la donación de sangre en el país y se dictan otras disposiciones. Bogotá, D. C.
Doctor
JESÚS MARÍA ESPAÑA VERGARA
Comisión Séptima Constitucional
Senado de la República
Carrera 7ª N° 8-68
Bogotá, D. C.
Asunto: Concepto sobre el Proyecto de ley número 110 de 2017 Senado, por medio de la cual se incentiva la donación de sangre en el país y se dictan otras disposiciones.
Señor Secretario:
Teniendo en cuenta que la iniciativa de la referencia está pendiente de surtir primer debate en esa Corporación, se hace necesario emitir el concepto institucional desde la perspectiva del Sector Salud y Protección Social. Para tal cometido, se toma como fundamento el texto publicado en la Gaceta del Congreso número 1051 de 2017.
Al respecto, este Ministerio, en ejercicio de las competencias constitucionales y legales que le asisten, en especial las previstas en el inciso 2° del artículo 208 de la Constitución Política y el numeral 3 del artículo 59 de la Ley 489 de 1998, sin perjuicio de los comentarios que estimen pertinente realizar otras autoridades para las cuales este tema resulte sensible, formula las siguientes observaciones:
1. CONTENIDO
Se trata de una propuesta que en su versión para discusión inicial está organizada en cinco artículos y su propósito es, como se deriva de su título, incentivar la donación de sangre. Es así como el artículo 1° señala que el objeto es ¿[...] incentivar la donación de sangre en Colombia, brindando beneficios especiales para los empleados públicos, contratistas y trabajadores oficiales [¿]¿, con el consecuente ¿[...] derecho a no concurrir a su trabajo y a un día remunerado [¿]¿ definido de común acuerdo con el empleador. Dichos incentivos podrán presentarse, igualmente, en las empresas del sector privado (artículo 2°).
Se aclara que el incentivo solo podrá hacerse valer dos veces al año (artículo 3°).
Por último, prevé que el Ministerio de Salud y Protección Social deberá reestructurar y diseñar el Banco Nacional de Sangre (artículo 4°).
2. CONSIDERACIONES
2.1. Algunos elementos de contexto. El altruismo en la donación.
El término sangre procede del latín, sanguis en alusión a su suavidad[1][1]. En sentido biológico, la sangre es un tejido conectivo líquido ¿generalmente de color rojo, que circula por las arterias y venas del cuerpo de los animales, se compone de una parte líquida o plasma y de células en suspensión: hematíes, leucocitos y plaquetas, y cuya función es distribuir oxígeno, nutrientes y otras sustancias a las células del organismo, y recoger de estas los productos de desecho¿[2][2]. Estas características han permitido encontrar en la sangre y sus componentes una capacidad terapéutica sinigual, al punto de haber sido incluida en la lista modelo de medicamentos esenciales desde el 2013[3][3].
La posibilidad de disponer seguramente de ella se logró a partir de las investigaciones realizadas a comienzos del siglo XX. El médico argentino Luis Agote realizó, en 1914, la primera demostración pública de trasfusión de sangre en Buenos Aires evitando que la misma se coagulara. Durante la guerra civil española y luego en la Segunda Guerra Mundial[4][4], se extendió su uso como herramienta propia a la prestación de servicios de salud, se organizó su distribución así como la política de promoción de la donación de sangre bien mediante incentivos, bien de forma voluntaria, tema que es uno de los más relevantes actualmente, vale decir, la garantía de abastecimiento a cargo de los sistema de salud. Esto dio lugar a la creación de asociaciones de donantes y al crecimiento de instituciones internacionales dedicadas a la salud de manera solidaria como la Cruz Roja o la Media Luna Roja.
Precisamente sobre la donación, si bien ciertos países han admitido la venta de sangre y su negociación, se advierten los riesgos que ello puede entrañar para el donante, ¿pues por intereses económicos puede ocultar situaciones patológicas que pueden dañar su estado de salud en su condición de donante, o donar más frecuentemente de lo admitido, y violar los períodos de tiempo recomendados entre una u otra donación¿[5][5]. En general, la sangre remunerada produce resistencias y de hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado que ¿la sangre de donantes altruistas es la más segura¿[6][6]. En 2013, la Organización alertaba sobre las donaciones de sangre remuneradas[7][7] y en 2017 ponía de presente la disponibilidad y seguridad de la sangre a nivel mundial, así:
¿ Cerca de la mitad de los 112,5 millones de unidades de sangre que se extraen en el mundo se donan en los países de altos ingresos, donde vive el 19% de la población del planeta.
¿ En los países de ingresos bajos, el 65% de las transfusiones de sangre se realizan a los niños menores de 5 años, mientras que en los países de ingresos altos los pacientes más transfundidos son los mayores de 65 años, con un 76% del total.
¿ La tasa de donación de sangre por cada 1.000 personas es de 32,1 en los países de ingresos altos, 14,9 en los de ingresos medios altos, 7,8 en los de ingresos medios bajos y 4,6 en los de ingresos bajos.
¿ Entre 2008 y 2013 se registró un aumento de 10,7 millones en las unidades de sangre donadas por donantes voluntarios no remunerados. En 74 países, este grupo de donantes suministró más del 90% de las unidades de sangre; sin embargo, en 71 países más del 50% del suministro de sangre lo aportaron familiares o allegados o donantes remunerados.
¿ Solo 51 de los 180 países que han presentado datos obtienen productos medicinales derivados del plasma mediante el fraccionamiento de plasma recogido en el propio país. Noventa y seis países importan todos sus productos medicinales derivados del plasma, en 17 países ninguno de estos productos fue utilizado durante el periodo objeto de este informe y 16 países no respondieron a esta pregunta[8][8].
Estas cifras, contrastadas con la realidad nacional, permiten plantear énfasis en las políticas y el desarrollo de estrategias para el logro de un abastecimiento continuo de sangre en todo el territorio nacional y para todos los residentes.
Teniendo en cuenta lo anterior, la OMS/OPS ha definido la obtención de la sangre humana y sus derivados como un objetivo prioritario de interés social y sanitario, considerando este producto biológico, como un bien de interés público y un recurso nacional[9][9]. De orden público (o bienestar general) porque nada puede superarlo, ni oponerse a él, y todos los sectores (público, privado, sociedad civil, ONG) deben atenerse al mismo. De interés nacional, porque la sangre humana es un bien irremplazable y necesario, cuya única fuente son las personas sanas y es fundamental para recuperar o mejorar la salud de la persona que la necesita. La característica de orden público e interés nacional se asocia fundamentalmente con la procedencia del bien, el ser humano y con la particularidad de que es un bien escaso que debe emplearse en condiciones de equidad y humanidad en el acceso.
Los productos sanguíneos[10][10] comparten características fundamentales con los medicamentos: son sustancias biológicas utilizadas para tratar, mitigar o prevenir enfermedades, su procesamiento tiene como finalidad lograr la mayor pureza, potencia y seguridad posibles, los estándares de calidad deben atender a condiciones de etiquetado y sistemas de información que garanticen la trazabilidad[11][11].
Adicionalmente, la sangre es el insumo de partida para la obtención de medicamentos hemoderivados, también llamados productos biológicos. Desde luego, la sangre cuenta con peculiaridades particularmente relacionadas con su origen, con su carácter vector de infecciones y con su disponibilidad limitada, que la hacen diferente a los demás medicamentos, y en consecuencia demandan un régimen especial de regulación...
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