La confesión del doctor Oliver Sacks - 18 de Marzo de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 561416686

La confesión del doctor Oliver Sacks

María Paulina Ortiz Redacción EL TIEMPO Es una casa con muchas habitaciones. La mayoría vacías, a menos que estén de visita la tía Abe o la tía Annie. Qué bueno, dirá el joven Oliver, porque así podrá tomar una de ellas como propia y crear en ella su laboratorio. Tubos de ensayo, microscopios, pipetas, crisoles, algunas muestras de metales que le ha regalado su tío Dave y una curiosidad infinita que lo llevará a hacer experimentos, algunos con efectos inesperados como explosiones que asustan a la familia. Su madre lo regaña, pero solo un poco, sin frenarle la imaginación: al fin y al cabo, es médica y cuando niña hacía lo mismo. Ahora ella tiene su consultorio en otra de las habitaciones de la casa. Su padre, médico también, atiende a sus pacientes en uno más de los amplios salones de la residencia ubicada en la calle Madesbury, al noroeste de Londres. Ahora que todavía es niño, a Oliver le gusta más su segundo nombre: Wolf. Lo prefiere porque su letra inicial, W, es la misma que representa en la tabla periódica a su elemento químico preferido: el Tungsteno. Al tío Dave, al que más quiere, lo llama “tío Tungsteno”. Dave es propietario de una fábrica de bombillas cuyos filamentos son elaborados con ese elemento. Y Oliver acostumbra pasar muchas tardes recorriendo cada rincón de esa fábrica. El niño pregunta y pregunta. A su tío, a su papá, a su mamá. Oliver Wolf Sacks es hoy el neurólogo más famoso del mundo. Lo es porque sus libros –en los que logra la suma perfecta de ciencia más narrativa– se venden por millones, se llevan al cine, y él –con su personalidad un tanto tímida– protagoniza decenas de entrevistas y documentales. Un antropólogo en Marte y El hombre que confundió a su mujer con un sombrero son tal vez sus dos libros más leídos. También está Despertares, en el que describió su experiencia con pacientes de encefalitis y fue el eje de una película protagonizada por Robin Williams. Pero no son los únicos. Están Migraña (su primera prueba con esa particular forma de escritura), Veo una voz, Con una sola pierna y, más reciente, Alucinaciones, o la autobiografía que saldrá a la venta el próximo mes con el título de On the Move. Sacks tiene 81 años y está muriendo. Lo supimos por sus propias palabras. Lo escribió en una carta que publicó The New York Times a fines de febrero pasado. “Hace un mes me encontraba bien de salud, incluso francamente bien. A mis 81 años, seguía nadando un kilómetro y medio cada día. Pero mi suerte tenía un...

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