Confesiones de la caspa, un inquilino difícil de desterrar - 5 de Diciembre de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 698477965

Confesiones de la caspa, un inquilino difícil de desterrar

CARLOS FRANCISCO FERNÁNDEZ - ASESOR MÉDICO DE EL TIEMPO @SaludET

“Puedo estar en la tercera parte de la gente y a algunos los puedo molestar de por vida”, dice la caspa con la seguridad de considerarse una incomodidad, de esas que requieren atención. Sin aspavientos, sabe que es el terror sobre la ropa oscura que cubre los hombros y hasta un factor para calificar al que la padece; tanto que se atreve a decir que, a pesar de ser inofensiva, muchos le huyen porque piensan que es contagiosa y sinónimo de desaseo. “Son equivocaciones que me favorecen”, asegura, porque a pesar de que muchos la tienen que enfrentar, pocos la conocen de verdad. Así es la caspa, un inquilino –como ella dice– difícil de desterrar. ¿Quién es usted? Bueno, empiezo por decir que caspa es mi alias, porque mi verdadero nombre es pitiriasis capitis y estoy formada por un cúmulo de células muertas que se agrupan en escamas que se desprenden de la cabeza, cuando la piel recambia sus células superficiales demasiado rápido. ¿Y por qué aparece? Es bueno que sepan que a medida de que crece la piel, las células de la superficie son empujadas hacia afuera, donde acaban muriendo en un proceso –normal e invisible– que puede ocurrir una vez cada mes. Sin embargo, algunos hongos, los cambios hormonales, el estrés, el exceso de grasa en el cuero cabelludo y ciertas enfermedades, además del trauma y la irritación, hacen que el ritmo de cambio de las células sea inusualmente veloz y se formen los bloques grandes que me dan origen. Eso es lo que soy. Dicen que usted

tiene varios tipos... La verdad, tengo dos versiones: una seca o simple y otra grasosa en la que aparezco en las zonas donde la gente tiene más sebo; por ejemplo, en la frente o en la nuca. Aquí soy más grande y tengo un color amarillento. ¿Y usted tiene cura? No me apena decir que en algunos casos me instalo para siempre. Tanto que estoy calificada como un problema crónico. Pero no se angustien, porque siempre me dejo controlar. Para eso tienen que identificar muy bien la causa y actuar sobre ella. Por ejemplo, si se demuestra la presencia de un hongo, pues tienen que tratarme con antibióticos. Si es el estrés, pues hay que mermarlo; de igual forma, hay que ajustar las hormonas, controlar las grasas, fijar una buena alimentación y revisar la presencia de otras enfermedades. Claro, los productos anticaspa pueden servir, pero siempre recomiendo una revisión por el dermatólogo. ¿Es contagiosa? Eso es un mito. Aquí tengo que...

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