Un continente dividido al que le urge una solución común - 6 de Septiembre de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 581975254

Un continente dividido al que le urge una solución común

Patricia Salazar Figueroa Corresponsal de EL TIEMPO Berlín. Tres días antes de que el cuerpo sin vida del niño sirio Aylan Kurdi, de 3 años, apareciera en una playa de Turquía y que la imagen le diera la vuelta al mundo como símbolo de una tragedia que se vive desde hace ya demasiados meses, la canciller Ángela Merkel esbozó el plan con que el ‘núcleo duro’ de la U. Europa planea enfrentar la gran crisis humanitaria que vive por la llegada simultánea de miles de seres humanos procedentes de Siria, Irak y África, y que ven al Viejo Continente como su tabla de salvación. “Señoras y señores –dijo Merkel–, mientras que nosotros gozamos de un sistema de vida apacible, regulado y justo, suceden un número incontable de horrores incomprensibles y atrocidades descomunales que se traducen en imágenes que superan nuestra imaginación (...) una gran variedad de situaciones catastróficas que no podemos ignorar sino asumir como un nuevo e histórico reto”. A continuación, los 400 reporteros, entre germanos y corresponsales extranjeros que asistían a la tradicional rueda de prensa de mitad de año en Berlín, constataron cómo Ángela Dorothea Merkel, la única líder que ha producido el oriente germano, acuñada en la política en la década de los 90 bajo el regazo del patriarca Helmut Kohl, había concurrido a esa conferencia para transmitir un plan. Un plan concreto de acción no solo para los 16 Estados federados que componen el territorio de sus gobernados, sino también para todo el territorio de la Unión Europea, donde ella gobierna, de facto, y, muchas veces, por omisión. Y es que Alemania tiene muy claro que esto apenas comienza. A la fecha, 364.000 migrantes de todo tipo han llegado hasta los territorios de España, Italia, Grecia y Malta, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). Pero los cálculos de los entes supragubernamentales estiman que, en lo que falta por transcurrir de este año convulso, unas 800.000 personas harán hasta lo imposible por acceder al llamado Viejo Mundo. Y más aún, buena parte de ese río de seres humanos vienen con la idea fija de llegar a Alemania, país al que vislumbran como la versión contemporánea de la mítica tierra prometida. “Alemania es rica y humanitaria”. “Alemania es poderosa y puede protegernos”. “Alemania puede ayudarnos”, se oye a diario en los albergues de los refugiados ya asentados en Berlín y demás ciudades alemanas. “Los gritos de los neonazis no son nada en comparación con las agresiones, el...

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