Hasta en la copa de los árboles buscan a agente de CTI perdido en la selva
Estuvo en el DAS
HACÍA PARTE DEL GRUPO TÁCTICO DEL CTI
Las primeras operaciones en las que participó Andrés Felipe Mejía fueron en El Tarra, en Norte de Santander. Había sido entrenado en supervivencia y en descenso de soga. Su carrera comenzó en el 2009 en el DAS, y tras la supresión de este instituto fue vinculado al grupo táctico del CTI, que acompaña a las Fuerzas Militares en operaciones para realizar labores de policía judicial. Varios de sus compañeros, tanto del entonces DAS como del CTI, se unieron ayer a la marcha que su familia convocó en Facatativá (Cundinamarca), donde tiene su casa.
Justicia
El día que Blanca Ruby López y Álvaro Mejía se adentraron en la manigua de Calamar, Guaviare, sintieron ganas de gritar el nombre de Andrés Felipe y ver si por algún lado aparecía su hijo: el joven agente del CTI que desapareció en medio de una ofensiva contra el Bloque Oriental de las Farc. La inmensidad de la selva, en la que tupidos árboles generan una profunda penumbra, terminó por llenarlos de temor y conformarse con la búsqueda, que desde las 4 de la mañana del 5 de mayo pasado iniciaron las Fuerzas Militares. Ya son 28 los días de un minucioso rastreo, en el que la Fiscalía y las Fuerzas Militares han destinado 600 hombres, 12 aeronaves, perros entrenados para ubicar personas y hasta un avión plataforma capaz de detectar un celular y el calor de personas. Pero nada ha dado resultado. “La búsqueda no se va a detener. Se está revisando 12 kilómetros a cada lado del sitio en el que bajaron los hombres. Con varias aeronaves se está buscando en las copas de los árboles y se hizo perifoneo dando instrucciones a Andrés Felipe de cómo moverse para encontrarlo”, dice Julián Quintana, director del CTI. Hasta ahora solo han aparecido los restos de un venado y un cerdo de monte consumidos por aves carroñeras, y el fusil que Mejía lanzó cuando estaba colgando de la soga, de la que hacía descenso para desembarcar en el campamento del jefe guerrillero ‘Carlos Antonio Lozada’ y que acababa de ser bombardeado. Hasta ese sitio llegaron el viernes 23 de mayo don Álvaro y doña Blanca, con la esperanza de encontrar a su hijo o, al menos, recibir respuestas sobre qué pudo pasar. En el Batallón de Selva de San José del Guaviare les mostraron el video que otro agente del CTI hizo en tierra y las imágenes de la búsqueda. “Desde el principio, me han dicho que mi hijo cortó la soga, pero esa hipótesis la tengo descartada porque el cuchillo de mi hijo está...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba