Corruptos - 20 de Diciembre de 2013 - El Tiempo - Noticias - VLEX 482211902
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Marcha fúnebre

Ricardo Silva Romero

Ruego a la audiencia el favor de imaginar el villancico Noche de paz, en el fondo de esta columna, como en aquella versión escalofriante que Simon yamp; Garfunkel grabaron en 1966. Que mientras yo voy recordando las billonadas que nos han estado robando en estos años tan cínicos, mientras me paso como cucharadas de veneno los 4.000 millones de Invercolsa, los 12.000 de AIS, los 13.000 de Dragacol, los 348.000 de la Uaesp, los 500.000 de Cajanal, los 559.500 de Caprecom, los 3 billones 900 mil que se pierden al año en sobornos para conseguir un contrato (y mientras aclaro que son las cifras de Semana, de El Espectador, de Transparencia por Colombia, de la Universidad Externado), en los hogares de los corruptos se estén oyendo mansamente los versos “noche de paz, noche de amor, todo duerme alrededor...”. Que vaya subiendo el volumen, “entre los astros que esparcen su luz viene anunciando al niño Jesús...”, cuando yo recuerde que un informe del 2012 de la Procuraduría se atrevió a asegurar que cada día se quedan 25.000 millones de pesos en los bolsillos de los funcionarios públicos deshonestos, que el estudio anual de Transparencia Internacional ha vuelto a poner a Colombia entre los países más corruptos de la región, que un sondeo de Ipsos descubrió que el 72 por ciento de los colombianos no cree, con razón, en su justicia. Que apenas diga lo que pienso de esta tormenta que se ha vuelto un paisaje, apenas diga que “la corrupción es tan humana como el sueño de acabar con ella”, se escuche “brilla la estrella de paz...”. Me temo que los inquisidores no son la solución. Me temo que los sermones y las reformas son inútiles. Ya se sabe: “Cuanto más corrupto es el Estado, más leyes tiene”. Veo las sombras de la Procuraduría en las oficinas de aquellos empleados que no se atreven a mover un dedo “porque –me dice uno aterrado por los desmanes del Ministerio Público– solo los pendejos limpios caemos”. Busco el epígrafe de Watchmen, la novela gráfica, tomado de una sátira romana del siglo I: “¿Quién vigilará a los vigilantes?”. Cito luego a ese superintendente destituido porque sí: “Nadie va a actuar por miedo al Procurador”...

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