Crean nanosensores para detectar metales pesados - 31 de Agosto de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 647887373

Crean nanosensores para detectar metales pesados

Ciencia

Redacción Vida Luego de tres años de investigaciones, el Grupo de Nanociencia y Nanotecnología de la Universidad Javeriana (Bogotá) logró crear dos nanosensores que buscan determinar el nivel de contaminación por arsénico, mercurio y otros metales pesados en el agua. Se trata de instrumentos simples: una pequeña placa de metal con una delgadísima capa brillante, de unos cincuenta nanómetros (algo así como la mil millonésima parte de un metro), lo que la hace imperceptible para el ojo humano. Además, es liviana –pesa menos que una canica– y su forma rectangular la asemeja, en tamaño, a un borrador de nata. A la placa se adhieren moléculas que atrapan los átomos de los metales pesados, como el arsénico, uno de los más peligrosos de la naturaleza en su estado inorgánico. Cuando esto ocurre, la superficie de la lámina se altera considerablemente, cambiando la forma como refleja la luz. Con este indicador se puede descifrar si un afluente o fuente hídrica está libre de riesgo o, peor, si puede contener metales pesados que, tras exposiciones prolongadas, causen graves enfermedades en los seres vivos. “Este es uno de los trabajos pioneros en nanosensórica para arsénico”, explica Édgar González, profesor de nanobiotecnología y director del Grupo de Nanociencia y Nanotecnología del Instituto Geofísico de la Javeriana, que desarrolló las plaxmanos, como ha sido llamado este avance. Entre sus posibles usos está determinar el grado de contaminación por metales pesados en los ríos, una problemática que puede generar graves riesgos para la salud pública, entre los que se cuentan distintos tipos de cáncer o, en el caso del mercurio, enfermedades neurodegenerativas. Desde el 2012, González ha desarrollado, junto con su equipo, este tipo de dispositivos, que buscan determinar qué tanto arsénico se ha colado en los ríos y reservas de agua del país; de acuerdo con estudios académicos, además de su origen geológico, este proviene de curtiembres, plaguicidas e insumos utilizados por industrias como la farmacéutica, la textil o la minera, sin mayor control o alerta por parte de las autoridades ambientales. Según González, estos sensores permiten detectar cantidades extremadamente pequeñas de esta sustancia tóxica y facilitan la toma de muestras en los sitios por estudiar. “Generalmente, lo que se hace es tomar muestras del agua y llevarlas a laboratorios para su análisis, lo que acarrea dificultades de transporte, contaminación de las muestras y mayores...

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