Cubrir todas las bases - 10 de Mayo de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 844448346

Cubrir todas las bases

A primera vista, la escena de ayer en la mañana en cercanías de la central mayorista de Corabastos, en el sur de Bogotá, se parecía a la de cualquier sábado: compradores en la calle, voceadores, música y tráfico vehicular. Pero así hubiera fila frente al supermercado Merkeak, era evidente que no se trataba de un día normal, pues los negocios con puertas cerradas superaban con creces a los que atendían público. De pasada, un transeúnte le comentó a su acompañante que a partir del lunes las cosas serían distintas, aunque insistió que "habrá que ver para creer". Los anuncios de alerta naranja en diferentes zonas del Distrito Capital le ponen un signo de interrogación adicional a la marcha de una cuarentena que sigue de manera formal, si bien en la práctica el país comenzará mañana una nueva fase de desconfinamiento. El proceso será gradual. Aun así, sectores que ocupan a casi dos millones de personas empezarán a operar, algo que coincidirá con el retorno paulatino de funcionarios a las oficinas públicas. Si los indicadores de congestión ya mostraban el viernes que el tráfico en las principales ciudades estaba en su punto más alto desde el 20 de marzo, todo apunta a que esta semana subirán aún más. En buena parte del planeta pasa algo similar. Mientras que a comienzos de abril las cuarentenas eran la norma en los cinco continentes, ahora cada nación traza su propia senda de salida. Es verdad que en todas partes el tapabocas se convirtió en una prenda infaltable o que el distanciamiento social sigue vigente, pero los parecidos llegan hasta ahí. Aunque el concepto de la nueva normalidad puede ser universal, la manera como se define es muy distinta. En las mismas Dentro de las incertidumbres, Colombia también busca hacer camino al andar. Tras superar los 10.000 casos confirmados y con muertes que se acercan al medio millar, el anhelo es poder evitar dramas como los que se ven el vecindario. Un punto a favor es que la proporción de hospitalizados es relativamente baja y más aún la ocupación de camas en unidades de cuidados intensivos. Lo anterior no desconoce la gravedad de lo que pasa en Leticia, además de focos inquietantes en Nariño, Valle, Atlántico o en zonas específicas de Bogotá. La cárcel de Villavicencio deja como lección el costo de una respuesta tardía y ojalá sirva para evitar situaciones parecidas en otras prisiones, al igual que en lugares en donde puede haber aglomeraciones. En contraste, es sorprendente la baja incidencia del virus...

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