¿La culpa es de la Constitución? - 13 de Mayo de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 569554750

¿La culpa es de la Constitución?

El fantasma errante de la Constituyente

La expresión de Marx en su Manifiesto comunista “un fantasma recorre al mundo, el fantasma del comunismo” podría aplicarse a este país, donde históricamente nos ha perseguido el fantasma de la Constituyente, más un extraño fetichismo normativo. Ahora lo dejó ver la insólita y extravagante propuesta del Comité Interinstitucional de la Justicia –integrado por los presidentes de la Corte Suprema, el Consejo de Estado, la Judicatura y el Fiscal General–, aun cuando a poco andar se supo que esos dignatarios, al ser desautorizados, no representaban a tales corporaciones. ¿En qué momento algunos magistrados y otros altos funcionarios olvidaron su misión constitucional para convertirse en actores políticos que, sin reato alguno, pretenden darles órdenes al Congreso y al Ejecutivo? ¿Qué tal que los congresistas orientaran a jueces o magistrados en sus decisiones? Por algo la gran mayoría de estos no comparte tamaño desatino. A algunos de ellos (la minoría) esta vez se les fueron la mano, la lengua, la ambición, la pluma, o todo al tiempo. ¿Cómo así que sugerir una constituyente con participación de desmovilizados cuando aún el Gobierno negocia en La Habana con autoridad constitucional concedida al Jefe de Estado como rector único del proceso de paz? Como dijo el Ministro de Justicia, plantear una constituyente solo para el tema de la justicia sería la mejor manera de no erradicar ni funciones electorales de las cortes, ni ‘puerta giratoria’, ni clientelismo, ni impunidad, descontando que sus promotores olvidan cómo la propia Corte Suprema (cuando ejercía el control constitucional), el 5 de mayo de 1978, tumbó la pequeña Constituyente que un verdadero constitucionalista, el presidente López, propuso para ocuparse de la administración de justicia. También desestiman, al pretender fijar límites a una constituyente, que esta misma corporación convirtió en omnímoda la Asamblea Constitucional convocada por el pueblo para ocuparse de reformas puntuales. El fantasma viene de lejos: en 1905, Rafael Reyes convocó una constituyente para que le prorrogara su periodo constitucional de seis a diez años. En 1952, Laureano Gómez convocó una...

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