El debate internacional sobre la financiación de partidos y de campañas políticas
Autor | Fernando Cepeda Ulloa |
Páginas | 123-152 |
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Capítulo 6
El debate internacional sobre
campañas políticas
Un informe de The New York Times del 26 de diciembre de 199659, en la
parte más prominente de su primera página, hace responsables a las cortes
los candidatos para la Presidencia y el Congreso obtuvieron y gastaron
aproximadamente dos mil millones de dólares para sus campañas, casi el
doble de lo que jamás se había gastado en una elección. El autor señala
varios escándalos prominentes: John Huang, una de las personalidades que
trabajaba en favor del Partido Demócrata, exfuncionario del Ministerio de
en un conglomerado de Indonesia y en otros intereses asiáticos; Simon
republicano, fue condenado por haber lavado donaciones ilegales de algu-
nas corporaciones, castigado con una multa de seis millones de dólares y
sentenciado a arresto domiciliario con un monitor electrónico alrededor de
su tobillo. Pero, comenta el autor, lo que resultó más ultrajante no fueron
estas violaciones abiertas de la ley sino la utilización por parte de políticos
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Weiner y David E. Sanger, “Democrat Hoped to Raise $7 million from Asians in U.S.”, “White
House had a Role”, “Strategy Was to Offer Largest Donors Access to Clinton, Partys Records
Fernando Cepeda Ulloa
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y donantes de ambos partidos de los resquicios de una ley que parecía más
bien un tejido de macramé. La Phillip Morris, la ATT, la Asociación de
Abogados Litigantes y algunos sindicatos donaron, cada uno, más de dos
millones de dólares, con lo que violaron los límites legales. Comenta que
“antes se solicitaban 1.000 dólares y se recibían 500 y los políticos queda-
ban agradecidos. Ahora la gente llama, solicita 100.000 dólares o 200.000
o 250.000”. Los grandes contribuyentes son recompensados con políticas
favorables, comidas en la Casa Blanca e invitaciones para participar en
misiones comerciales internacionales.
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ciación de campañas es que éstos son burlados fácilmente y en general
las personas o instituciones que tienen que ver con la vigilancia o cumpli-
miento de la ley miran para otro lado.
es lo que los donantes reciben a cambio. El representante demócrata por
Massachusetts, Barney Frank, planteó el tema en los siguientes términos:
“Nosotros somos las únicas personas en el mundo que estamos obligadas
por ley a recibir grandes cantidades de dinero provenientes de personas
desconocidas y luego a actuar como si ello no tuviera ningún efecto en
nuestro comportamiento”.
El presidente William J. Clinton en su mensaje sobre el Estado de la Unión,
el 4 de febrero de 1997, al hablar de los asuntos pendientes por resolver
en los Estados Unidos —equilibrar el presupuesto, encontrar una fórmula
para la seguridad social y renovar la democracia—, respaldó sin reservas
el proyecto planteado por los senadores McCain y Feingold, y por los re-
presentantes Shays y Meehan, pertenecientes a ambos partidos el cual trae,
en palabras del Presidente, una reforma dura y equitativa60. Esta propuesta
busca limitar el gasto en las campañas, reducir el papel de los grupos de
presión, crear una situación de equidad entre quienes ocupan cargos de
elección popular y quienes desafían su continuidad en los mismos, prohi-
bir las contribuciones de quienes no son ciudadanos y los aportes de todas
las fuentes corporativas y otras formas de lo que se denomina soft-money
(dineros que van directamente a los partidos y que terminan siendo parte
fundamental de los fondos de las campañas electorales).
60 Pasó a ser en 2002 el Bipartisan Campagn Reform Act.
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