Declaraciones del Fiscal y el Procurador - 7 de Junio de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 682221173

Declaraciones del Fiscal y el Procurador

Política criminal estable

En los últimos días el presidente Santos, el fiscal Martínez y el procurador Carrillo se pronunciaron sobre el eterno problema, a menudo descuidado, de nuestra política criminal en cuanto a delitos, penas, procedimientos y sistemas penitenciarios. Este diario editorializó sobre el tema carcelario. Sin duda, el país ha carecido de una seria y verdadera política criminal, entendiendo por tal la definición de las pertinentes instancias relativas a los tres poderes, qué comportamientos deben ser objeto de sanción penal y, entre estos, cuáles con privación de la libertad, qué procedimiento ha de seguirse y cómo deben ser las cárceles para procesados y condenados. Todo esto se ha dejado al azar de situaciones coyunturales. No hemos superado la tremenda equivocación que implica que todas las tensiones sociales deban resolverse con el Código Penal. Determinados comportamientos salen y entran con relativa facilidad del estatuto de los delitos y las penas. Recuérdese que hasta los años 1980 y 2000 se penaban con cárcel, respectivamente, el acceso carnal homosexual y la bigamia. De 1968 a hoy, el Estado ha ensayado, sin éxito, establecer la responsabilidad de los padres frente a los hijos sancionando penalmente la inasistencia alimentaria, tema tratado recientemente por el Fiscal General. También hasta 1980 se enviaba a la cárcel al marido o la mujer que se fuera del hogar sin justa causa. Errático ha sido el tratamiento de los llamados ‘delitos menores’, que en ocasiones afectan más a la ciudadanía que los causados por la subversión. Unas veces se bajan las penas. Otras se aumentan. A menudo se busca cárcel para todos los casos. O se excarcela de modo casi general. Y ni qué decir de los permanentes cambios en el procedimiento penal, el último de los cuales fue introducir de manera inconsulta el sistema penal acusatorio, que prácticamente ha hecho agua y al que con razón los ciudadanos han comenzado a llamar el ‘sistema aplazatorio’. Como dijo recientemente el jefe de Estado, hay que enmendar esa mentalidad de creer que todo lo arregla la cárcel. Aparte de que la gente cree que cuanto más difíciles sean las condiciones de reclusión, la sociedad se siente más satisfecha. Otra constante ha sido aumentar desmesuradamente las penas cada vez que ocurre un hecho que genere conmoción social: de 1980 a hoy...

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