‘Democracia es que las diferencias sean reconocidas’ - 9 de Julio de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 577463738

‘Democracia es que las diferencias sean reconocidas’

María Paulina Ortiz Redacción EL TIEMPO Es una de las filósofas y politólogas contemporáneas de mayor prestigio. La belga Chantal Mouffe, autora de libros reconocidos y citados por los estudiosos de la teoría política en el mundo –como La paradoja democrática, Hegemonía y estrategia socialista y Agonística– es una conocedora del panorama político actual de América Latina. Esta semana, Mouffe visitó Bogotá y dio una conferencia en la Biblioteca Luis Ángel Arango. Su teoría política plantea que no existe democracia sin conflicto. ¿Cómo explica esa paradoja? La mayoría de las teorías políticas dicen que el objetivo de la democracia es ver cómo se puede poner de acuerdo a todo el mundo. Que una sociedad realmente democrática se logra al hacer un acuerdo entre todos. Para mí, en cambio, la democracia debe reconocer que siempre habrá disenso. Y que el objetivo de establecer un consenso total no es posible sin que, automáticamente, se repriman otras opciones. Siempre habrá un pluralismo de posiciones, y esto va a suponer un antagonismo irreconciliable. La tarea de la democracia es organizar ese disenso, encontrar la manera de que la gente pueda vivir junta y las diferencias sean reconocidas. Es lo que llamo consenso conflictual. Porque evidentemente, para vivir juntos, hay que estar de acuerdo en principios y valores básicos. ¿Cómo hacer para que ese conflicto no llegue al extremo y termine en violencia, por ejemplo? Justamente en ese punto desarrollé la especificidad de mi teoría, que llamé el modelo agonístico (agon: ‘lucha’) de democracia. Las teorías políticas y filosóficas sobre democracia plantean dos modelos comunes: el agregativo y el deliberativo. No estoy de acuerdo con ninguno porque no tienen en cuenta algo que es importante a la hora de entender la política democrática: el papel de las pasiones, los afectos. Tanto uno como otro son modelos racionalistas que suponen que, cuando uno actúa democráticamente, su ser afectivo queda afuera. Eso es problemático porque una de las grandes fuerzas que lleva a la gente a interesarse en la política es el afecto común, que lleva a la creación de un ‘nosotros’. Ahora, un ‘nosotros’ siempre supone un ‘ellos’. El modelo de democracia agonista reconoce la existencia del antagonismo y le da espacio. Esos antagonismos pueden llevar a la violencia, sí. Sobre todo cuando ves al oponente como un enemigo al que no vas a reconocerle legitimidad, sino a tratar de erradicar. La cuestión es cómo reconocerlos. La...

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