Demos ‘el primer paso’, pero ¿hacia dónde? - 16 de Septiembre de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 693227777

Demos ‘el primer paso’, pero ¿hacia dónde?

Leonardo Ramírez A.* Especial para EL TIEMPO Son recurrentes los eslóganes que invitan a que la visita del papa Francisco a Colombia sea motivo de reflexión para el país. Su presencia en nuestra tierra debería ser también momento de reflexión para la Iglesia misma sobre su complejo papel en el asunto que ha sido medular en nuestro ámbito político y en nuestra psiquis colectiva desde hace más de un siglo: la reconciliación y la convivencia de los colombianos. ¿Cuál ha sido el papel integral de la Iglesia en la construcción de nación, de tejido social y en la reconciliación de los colombianos a través de toda la historia, y no solo en las últimas décadas? ¿Por qué la memoria de Colombia está marcada por la realidad intergeneracional de la violencia más que en otros países del hemisferio, sabiendo que a la vez es el país de Latinoamérica donde la Iglesia ha tenido la mayor influencia histórica y cultural? ¿Es esto simple coincidencia? Para decirlo más escuetamente: ¿Por qué un país ‘tan católico’ ha sido un país ‘tan violento’? ¿Cuál es el trauma histórico que se esconde detrás de esta paradoja? ¿Cómo puede la Iglesia ayudar para deshacer este nudo que ata a Colombia aún a su pasado? La respuesta a estas preguntas no es simple, pero debe estar hoy liberada de cargas ideológicas o pasionales a favor o en contra de la Iglesia, para darle una mirada más objetiva, y ojalá compasiva. Memoria e identidad La Iglesia hace parte de nuestra contradictoria memoria e identidad como sociedad. En este sentido, Gonzalo Sánchez, director del Centro Nacional de Memoria Histórica, ha afirmado en repetidas ocasiones que ante la presencia histórica continua de la Iglesia en numerosos ámbitos nacionales, hablar de la Iglesia es hablar de nosotros mismos. Se trata de descifrar y elaborar el pasado como camino para que por la “purificación de la memoria”, se llegue al bien tan esquivo hoy que es la convivencia pacífica de sus ciudadanos. Muchos miembros de la Iglesia han realizado esfuerzos por contribuir en los procesos de dejación de armas; apoyar a los desplazados; mediar en la liberación y acompañamiento de secuestrados; en fin, ofrecer ayuda ante los dramas de la guerra y de la pobreza en los barrios y territorios apartados del país donde muchas veces el Estado, las organizaciones sociales o los pregoneros de la paz ni siquiera se asoman. Toda investigación seria reconoce también el aporte histórico de la Iglesia en áreas como la educación, la cultura, la...

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