Desatendido mucho tiempo y privado de recur- sos, hoy viven un ataque de sentimiento patrio. - 4 de Octubre de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 537548734

Desatendido mucho tiempo y privado de recur- sos, hoy viven un ataque de sentimiento patrio.

Los civiles ucranianos ayudan al ejército

k Por Carlotta Gall k Ucrania Simpatizantes se arremolinan en las entradas de los dos hospitales principales de esta ciudad, localizada en el este central de Ucrania: hombres que saludan a amistades con abrazos y palmadas en la espalda o comparten un cigarrillo; mujeres que llegan a visitar a los heridos, organizan paquetes de alimentos y sirven tazas de té dulce. Dentro de los dos hospitales, uno civil y el otro militar, el personal médico está ocupado atendiendo a docenas de soldados ucranianos heridos, víctimas de la guerra, que lleva seis meses, contra los separatistas apoyados por Rusia, en las inquietas provincias del este. Conforme han aumentado las bajas, ciudadanos y grupos de apoyo a los soldados heridos y sus familias empezaron a solidarizarse con su ejército, desatendido desde hace mucho y privado de recursos, en un ataque de sentimiento patriota. Según el conteo de los grupos de apoyo, han muerto más de 800 soldados en el conflicto. “No tenemos un Ejército”, dijo Andrei Karnysh, un veterano de la guardia fronteriza y presidente de un grupo regional de apoyo, quien visitaba a los heridos en el hospital militar. “Mandaron a estos muchachos en autobuses, con rifles y solo 30 balas para cada uno”, contó Karnysh. “Sin chalecos antibalas, nada”. Los soldados y veteranos entrevistados dicen que las fuerzas armadas no tienen personal suficiente, ni están bien entrenadas, ni bien equipadas para confrontar a un oponente mucho más grande y más fuerte: no a los rebeldes separatistas, sino a las fuerzas rusas que están detrás de ellos, con potencia de fuego superior. El Kremlin niega tener algún papel en los combates, pero casi todos los soldados entrevistados en esta ciudad hablaron de encuentros directos con tropas rusas. “Nos disparaban como si estuvieran en un polígono de tiro”, comentó Viktor, un reservista que tenía un brazo en un cabestrillo. Solo proporcionó el nombre de pila porque dijo, al igual que otros soldados, que identificarse con una reportera sería ir contra el reglamento. Viktor contó que lo hirieron el 29 de agosto, cuando las fuerzas ucranianas trataban de retirarse por un corredor seguro, previamente arreglado, pero que, de todas formas, quedaron bajo el fuego avasallador de las tropas rusas. Otro soldado, quien dijo que acababa de regresar tras servir cuatro meses en la región de Donetsk, se quejó de que “no hay suministros en el Ejército”. “No había buenos chalecos antibalas...

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