Desertores de la Guardia venezolana que se dedican a ayudar a los más pobres - 9 de Mayo de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 844443629

Desertores de la Guardia venezolana que se dedican a ayudar a los más pobres

ANA MARIA MONTOYA Z. @Lacrespaana"Cuando uno ha pasado hambre sabe que un plato de comida llega como una bendición del cielo", esta es la reflexión que hace Jorge de la Fuente, un venezolano que con su hermano y su esposa ha entregado más de 300 almuerzos a los más necesitados del sur y el centro de Bogotá. Jorge entró a la Guardia Nacional Bolivariana cuando tenía 18 años, allí llegó en compañía de su hermano, "para él era un sueño, yo me fui porque podía ganar dinero, en esa época ya tenía un hijo para mantener", narra Jorge. Él escaló rápidamente de rango, pasaba los cursos con facilidad y pronto llegó a ser escolta de un general. "Allá adentro todo cambió, empecé a ver cosas que me parecían inhumanas, injustas contra el pueblo", relata. Luego de cuatro años decidió desertar, salió a vacaciones y nunca volvió. Jorge desertó, se escondía al ver una patrulla, temía por su vida y por la de su familia, incluso le tocó mudarse por seguridad. Con el paso de los meses la situación en Venezuela comenzó a empeorar. "Tomé la decisión de vender todo lo que tenía y venirme para Colombia a montar mi propio negocio y emprender", afirma. Así lo hizo. Luego de vender absolutamente todas sus pertenencias y convencer a quien en ese momento era su esposa de venir con él cruzaron la frontera. En Cúcuta no los recibieron de manera muy amigable, "nos robaron quince millones de pesos, el dinero que había recogido de vender todo lo que tenía; quedé con cinco mil pesos en el bolsillo", recuerda Jorge. Como pudo atravesó medio país en un bus, llegó a Bogotá con su esposa, en el terminal le robaron una maleta y solo quedó con la ropa que tenía puesta. "Por fortuna para mí, aquí tenía una tía, ella nos salvó la vida en ese momento", cuenta. Con el paso de los meses y ante la falta de trabajo, la esposa de Jorge retornó a Venezuela. "Me quedé aquí, trabajé en la calle, en TransMilenio, vendía dulces, helados, audífonos, todo lo que podía", asegura. Pasó las duras y las maduras, cuenta que "había días en los que no comía...

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