Lo que hay detrás, y está en juego, tras cuatro días de protestas en el país - 2 de Mayo de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 866262540

Lo que hay detrás, y está en juego, tras cuatro días de protestas en el país

ARMANDO NEIRA - EDITOR DE POLITICA DE EL TIEMPO @armandoneiraEn las horas por venir, el presidente Iván Duque enfrentará uno de los desafíos más grandes de su gobierno: sintonizar a varias fuerzas políticas en la redacción de un texto para que pueda arrancar la discusión en el Congreso de la reforma tributaria. De lo contrario, esta se hundirá. ¿Por qué uno de los propósitos vitales de su agenda está al filo de la navaja? ¿A qué horas, la que podría ser su última ley de envergadura, terminó de protagonista de una tormenta de agitación social que se vive en todo el país? Los interrogantes tienen variadas y disímiles respuestas. Pero la primera y más clara es que hablar de subir impuestos y ampliar la base de quienes tributan en medio de la devastadora crisis socioeconómica causada por la pandemia es algo sumamente impopular. Cada día, 10.000 colombianos, en el último año, se hundieron en la miseria. "Por el covid-19, la pobreza subió en el país (del 35,7 %) al 42,5 %", reveló esta semana Juan Daniel Oviedo, director del Dane. "Colombia pasó de tener 17,4 millones de personas en situación de pobreza monetaria a 21 millones". Duque sabía de este riesgo, al punto de que él mismo advirtió a finales del año pasado: "Hacer una reforma tributaria en este momento, cuando tenemos la pandemia que está golpeando a la micro, pequeña, mediana y gran empresa, a la clase media, a la clase alta, a los más vulnerables, es suicida". ¿Entonces? "Tengo que ser responsable con el país", anunciaría el Presidente un tiempo después. Tras lo cual le dio luz verde al ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, para elaborar el proyecto. ¿Por qué? Primero, porque las condiciones macroeconómicas de Colombia así lo exigen, y especialmente el abultado déficit fiscal. Y segundo, porque la pandemia -que nadie sabe cuándo va a acabar- está demandando enormes recursos, y no solo en lo sanitario, pues ante la disparada de la pobreza resulta obligatorio invertir más fondos públicos en los programas sociales, como única manera de paliar los devastadores efectos económicos del covid-19. El mandatario ha confesado que le aconsejaron no meterse en eso. Pero él insiste: "No lo hago por mí, sino por el país". Carrasquilla radicó la reforma el jueves 15 de abril con mensaje de urgencia, con el título del proyecto de ley de ‘solidaridad sostenible’ y la esperanza de recaudar 25 billones de pesos. Un dinero, argumentó la Casa de Nariño, vital para mejorar las finanzas públicas y financiar los programas de asistencia social. Pocos, sin embargo, lo entendieron así y desde ese instante los acontecimientos se acumularon de manera vertiginosa y cada vez con mayor ruido. Así, por ejemplo, el expresidente César Gaviria, quien tiene una sólida formación en diplomacia —fue secretario general de la OEA durante una década— y sabe del poder de las palabras, no se contuvo y acusó al ministro de Hacienda de "ser más peligroso que la pandemia". Y lo retó: "Si no le tuve miedo a Pablo Escobar, qué le voy a tener miedo a...

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