'Somos diablos rojos': embajador de EE. UU.
Cali. "En los casi tres años que llevo representando a Estados Unidos este es, sin duda alguna, uno de los momentos más memorables para mí. Siento gran placer, alegría, satisfacción en anunciarle al país que el América de Cali sale de la lista Clinton".
Así, el embajador de Estados Unidos en Colombia, Michael McKinley, dio oficialmente ayer la noticia de la salida del equipo de fútbol, tras 16 años, de esta lista, que le implicaba un veto comercial al club, que actualmente juega en la B.
Pero Mckinley fue más allá y en tono emotivo concluyó: "Son los hinchas los que siempre han acompañado a su equipo pese a los momentos difíciles que ha atravesado. Esa lealtad es una de las características de los verdaderos amantes del fútbol y les dedicamos este día tan especial; hoy día, todos somos 'diablos rojos' ".
Luego, Michael Swanson, subdirector de investigaciones de la oficina de control de bienes extranjeros del Departamento del Tesoro de EE. UU., le entregó al actual presidente de la América, Oreste Sangiovanni, una carta donde se certificaba la noticia. El acto se realizó en la sede del club de Cascajal, en las afueras de la ciudad, con la presencia del vicepresidente Angelino Garzón, directivos de Coldeportes, la Superintendencia de Sociedades, autoridades nacionales, departamentales y municipales, y de los jugadores.
El Embajador destacó que este hecho se debe al esfuerzo del Gobierno colombiano y del equipo "para erradicar las influencias criminales que eclipsaron al equipo en el pasado".
Con esto se selló un calvario que vivió el equipo desde 1996, cuando paradójicamente América fue reconocido como el segundo mejor equipo del mundo y la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC) los incluyó en la lista, por tener indicios de contar con recursos provenientes del narcotráfico.
Largo trabajo
El anuncio de ayer es el resultado de una larga gestión de funcionarios y dirigentes. Los primeros pasos se dieron en el 2008, cuando el entonces alcalde Jorge Iván Ospina empezó a liderar desde la administración una campaña para salvar al equipo. Primero hubo un intento fallido de democratización en el que 5.000 hinchas se les midieron a ser accionistas del equipo de sus amores.
"Ese año se visitó la embajada americana, se habló con los funcionarios del Departamento de Estado y del Tesoro de Estados Unidos; les explicábamos lo inconveniente de que un referente tan importante para la ciudad estuviera...
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