El etanol y la diplomacia - Núm. 38, Abril 2010 - Crónica Universitaria. Revista de la Universidad Sergio Arboleda - Libros y Revistas - VLEX 431523026

El etanol y la diplomacia

AutorAndré Amado
CargoSubsecretario General de Energía y de Asuntos Tecnológicos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil
Páginas14-16
Crónica Universitaria
14
El etanol
y la diplomacia
André Amado
Subsecretario General
de Energía y de Asuntos
Tecnológicos del Ministerio
de Relaciones Exteriores
de Brasil.
La Agencia de Protección de Me-
dio Ambiente de los Estados Unidos
(EPA) acaba de conceder el estatus
de “Biocombustible Avanzado” al
etanol brasileño producido de la
caña de azúcar, luego de reconocer,
basándose en estudios cientícos,
que el producto reduce en un 61%
la emisión de gases que generan el
efecto invernadero, en comparación
con la gasolina.
La primera economía del mundo está
preocupada con el cambio climático
que amenaza cada vez más la calidad
de vida en nuestro planeta. Sabemos
todos que, sin energía no habrá de-
sarrollo y que la producción, el uso
de energía y los procesos indus-
triales son los grandes emisores. El
mayor desafío de nuestros tiempos
es precisamente intentar revertir la
actual tendencia de degradación am-
biental, sin interrumpir el crecimien-
to económico y su papel de oferta de
empleo, especialmente en los países
en desarrollo, donde la contami-
nación más agresiva es la pobreza.
Brasil tiene mucho que decir sobre
este debate. En la década de los seten-
ta, la respuesta que dio al repentino
incremento de la cuenta de petróleo,
cuando el país importaba cerca del
80% de combustible que consumía,
fue bajo la forma del Pro-Alcohol.
Con altos y bajos, gobierno, empre-
sarios y centros de investigación se
empeñaron en desarrollar un combus-
tible competitivo, el etanol de caña,
el cual rápidamente se convirtió en
el producto de mayor productividad
agrícola y mayor eciencia energé-
tica y el más inuyente ya que los
salarios pagos por la industria de la
caña de azúcar se volvieron los más
altos en el campo.
Por otro lado, la adopción del Flex-
fuel impulsó el proceso que hoy
nos permite tener la matriz energé-
tica mas limpia del mundo, con la
participación del 46% de fuentes
renovables, en comparación con el
promedio mundial del 13% y de los
países industrializados del 6%, con la
pretensión también de evitar desde la
creación de Pro-Alcohol, la emisión
de 850 millones de toneladas de gases
de efecto invernadero en la atmosfera.
Como nota curiosa, cabe destacar que
Brasil es hoy el único país del mundo
en el que la gasolina es el combus-
tible alternativo y no el etanol.
El reconocimiento de la (EPA) no
nos sorprendió, y nos llenó de satis-
facción. Voces de los Estados Unidos
y de Europa deenden la teoría de
que la producción de caña de azúcar,
presionada por el éxito del etanol,
estaría desplazando la producción
de otros alimentos que, por ende,
desplazaría la ganadería hacia áreas
de bosque. Estos acontecimientos se
encontraban bajo el rótulo de “efec-
tos indirectos del cambio del uso de
la tierra” (ILUC por su sigla en in-
glés), lo que terminaría deforestando
la vegetación original y por supuesto
en el caso de Brasil la Amazonía. Se
trata de un elemento crucial en el de-
bate actual sobre la sostenibilidad de
los biocombustibles. El anuncio de

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