Del dolor al triunfo en silla de ruedas - 22 de Junio de 2018 - El Tiempo - Noticias - VLEX 729543549

Del dolor al triunfo en silla de ruedas

JUAN PABLO PRIETO PARA EL TIEMPO @Juanpperiodista

Doble medallista de plata en el Campeonato Mundial de Paraatletismo en Londres 2017. Cuarto lugar y diploma paralímpico en Río 2016 y medallista de plata y bronce en los Parapanamericanos de Toronto 2015. Títulos que forman parte de los triunfos deportivos de la antioqueña Érica María Castaño Salazar como lanzadora de jabalina y disco e impulsadora de bala. Premios y reconocimientos que la llenan de orgullo y le abren el camino para lograr un cupo en los Juegos Paralímpicos Tokio 2020 (después de los Olímpicos). Su máximo sueño. Pero ella prefiere empezar a contar otra historia. Una historia que le cambió la vida. Antes del accidente que la dejó en silla de ruedas –tras recibir un disparo el 8 de diciembre del 2008 en un episodio del que prefiere no hablar– era una mujer activa, sociable, con sueños. Cursaba cuarto año de derecho y era una consumada deportista. Una tragedia para ella y su familia, que se sumó a otras tragedias recientes y muy parecidas. Su padre había fallecido cuatro años atrás, también como resultado de una situación violenta. Cinco meses antes, Carlos, su hermano mayor, había sido víctima de una bala perdida. Estaba en una zona comercial de Medellín y se vio inmerso en una balacera. Cinco meses después, la víctima de otra bala era ella. Sufrió un trauma raquimedular por herida de arma de fuego a nivel T12, lesión que compromete la columna vertebral. “Cuando recibí la bala y caí al piso, fui consciente de que quedaría en una silla de ruedas, igual que mi hermano, pues nos había contado lo que sintió cuando recibió el disparo. Su historia y lo que él vivió ya eran suficientes para asumir mi realidad. Miré al cielo y dije: ‘Dios mío, voy a quedar en silla de ruedas’ ”, recuerda hoy Érica, a sus 32 años. ¿Cómo enfrentar ese choque emocional? ¿Cómo atender no a una, sino a dos personas con discapacidad en un mismo hogar? Preguntas para las que Carmen Salazar no tiene explicación. Es la madre de Érica. Y su mejor amiga. “Solo el que lo vive lo siente. Formamos equipos de apoyo en nuestra casa con mi hermana, que es enfermera, y con la compañera sentimental de mi hijo. El apoyo familiar es imprescindible”, cuenta. La hoy deportista de alto rendimiento del paralimpismo, de carácter fuerte y dueña de una fortaleza a prueba de todo, agrega al relato de su madre una anécdota de aquel momento trágico: “Para mí, el mundo no se me vino encima; de hecho, recuerdo que mi mamá lloraba...

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