Dos charlas a la carrera - 16 de Agosto de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 524243570

Dos charlas a la carrera

El arca de Noé

Luis Noé Ochoa

Hace unos días, en tarde de sol brillante, tomé un taxi a la carrera. Lo manejaba una mujer, como por mitad del kilometraje de su vida. Uno no es muy imaginativo para iniciar una charla... y antes que hablar sobre la decisión de Obama de atacar a Irak, o la de Uribe de atacar a Santos, o de la paz, o de la ambición de los políticos por los grandes puestos, que son temas de moda, lo usual es referirse al estado del tiempo. Así que, después de mi silencio mudo de unos 200 pesos de recorrido, rompí el hielo. ––Qué día tan esplendoroso, ¿no? –dije poniendo cara feliz. ––Qué esplendoroso ni qué hijuep...ta –respondió la mujer, como si le hubiera nombrado a la que la puso a marcar kilometraje en este mundo–. ¿No ve que esto es un horno el hijuep...? Bogotá es una ciudad fría, aquí no tiene por qué quemarse uno... el que quiera calor que se vaya para Melgar... –dijo, encendida. ––Pero, señora, el solecito hace falta... Y el calentamiento global ha cambiado el clima, nos toca ajustarnos y tolerar un poco. El calentamiento global de la taxista fue peor. —Claro, eso dice la gente: tolerar. Pero esto es una mier... Yo odio el calor, pero aquí se suben y dicen: ‘ña, ña, ña’ –y hacía voces de niña–, ‘¡qué día tan bonito!, ¡qué día tan esplendoroso!’. —Qué bonito ni qué hijuep... El sol me da en la cara... y me toca poner este chal en el vidrio. Lo puso, pero enseguida reaccionó violentamente y lo tiró al asiento del copiloto mientras decía: —Pero tampoco, porque no me deja ver el espejo... Y la gente, con esas frasecitas maricas. —Tranquila, cálmese... ¿Y si trabaja de noche? –le dije con voz de arrullo. —¿De noche? ¿Quiere que me maten? ¿Sí? Con esta inseguridad tan... (ya se sabe la palabra, que no es ‘esplendorosa’). Aquí se estaba acabando la carrera y el tema estaba caliente... Pero me animé a preguntarle si nunca sonreía. —¡Pues no tengo ánimo! –dijo, más seria que político sin cuota burocrática. —Váyase por la sombrita –le dije y salí corriendo. Suena simpático. Pero no he dejado de pensar en la taxista del ña, ña, ña...

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