Drogas y depresión, la pesada vida de Tyson Fury - 28 de Febrero de 2020 - El Tiempo - Noticias - VLEX 840761221

Drogas y depresión, la pesada vida de Tyson Fury

Pablo Romero - EL TIEMPO @PabloRomeroETDerecha, izquierda, derecha. Tyson Fury se mueve ágil, como si no pesara 124 kilos, y así arrincona a su oponente, contra las cuerdas, con sus pesados brazos que van, golpean y vuelven, derecha, izquierda, derecha, como si fueran livianos, pero son de hierro, destruyen la oreja de su rival y de paso su poca sonrisa, la sangre salpica en el cuadrilátero, y Fury se lanza sediento, y con su lengua, que también debe ser de acero, lame, sí, lame a su oponente en el cuello, como si su pelea, la que luego lo iba a acreditar como el nuevo campeón de los pesos pesados de boxeo, fuera un juego macabro. Dirán que es una bestia, un animal, un corpulento oso, un boxeador sin escrúpulos, sin contemplaciones, que no sabe de indulgencia, y sí, todo eso, porque si su rival se descuida le dará una paliza memorable, no se cansará, pegará y pegará, destructivo, casi demente, como si fuera un entrenamiento, como si la masa pesada que tiene en frente fuera un costal de huesos y carne. Lo demostró el pasado fin de semana, cuando conquistó el MGM Grand Arena de Las Vegas, derrotando a Deontay Wilder en la pelea por el título mundial de los pesos pesados del Consejo Mundial de Boxeo, y lo hizo con tanto salvajismo que desde la esquina de su oponente tuvieron que tirar la toalla, pidiendo clemencia, en el séptimo asalto: era la única forma de frenar las embestidas de Tyson. Sí, una bestia, un animal, un oso, pero fuera del ring, Tyson Fury tiene una historia de vida que conmueve, que ha asombrado al boxeo mundial, porque supo caer en desgracia, como si un enorme agujero negro se abriera en el cuadrilátero y se lo tragara para que no volviera a salir, pero salió. Volvió como un rey, como el nuevo campeón de los pesos pesados. Ruina, drogas y alcohol -¿Qué carajos estás tomando? -le preguntó el entrenador Ben Davison a Tyson Fury al ver los vasos vacíos en el gimnasio, a pocos días de la pelea del 2018 contra Deontay Wilder, que entonces era el campeón invicto de los pesos pesados. -Es cerveza -respondió Fury, como si nada, como si beber cerveza fuera lo más natural para un boxeador. -Pero es cerveza sin alcohol -aclaró. Dos días después, el DT se alarmó al comprobar que las cervezas, casi dos litros, sí tenían alcohol. Y antes de la pelea. Una locura. No para Fury, que bebe cerveza como si fuera agua. La pelea terminó empatada y lo más recordado es que Fury se levantó de la lona tras un impacto bestial. Lo que no hicieron dos...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR