La dura evidencia que acorrala al magistrado Malo - 17 de Septiembre de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 693246069

La dura evidencia que acorrala al magistrado Malo

Unidad Investigativa y Redacción Justicia “El sueldo de magistrado es mi único sustento. No tengo más ingresos. Mi esposa está mal y les aseguro que las acusaciones contra mi hija Yara Milena y contra mí son una infamia”. Con 5 kilos menos y visiblemente agotado, Gustavo Malo ha intentado por todos los medios frenar la solicitud unánime de los 22 magistrados de la Corte Suprema de que renuncie. Pero evidencia abrumadora lo compromete con dos capítulos oscuros de corrupción, uno de los cuales atenta incluso contra la estabilidad del alto tribunal. Ya está probado que el poderoso senador de Córdoba Musa Besaile pagó 2.000 millones de pesos para que le frenaran la orden de captura por ‘parapolítica’, un expediente en manos de Malo desde el 2014. Y aunque Malo solo había sido tocado por las esquirlas del escándalo –que ya tiene bajo investigación a su padrino para llegar a la Corte, Francisco Ricaurte, y al también exmagistrado Leonidas Bustos–, dos hechos llevaron al alto tribunal a dar el paso que el país estaba esperando: exigir la renuncia de Malo ante la gravedad de los cuestionamientos. Uno de los puntillazos fue el testimonio de su exmagistrado auxiliar José Reyes, quien dijo desde Guatemala que, desde el 2015, había evidencia suficiente para dictarle a Besaile medida de aseguramiento. Pero Malo no procedió. De hecho, Reyes aseguró que su salida de la Corte, en el 2015, se dio por ser considerado la piedra en el zapato. A eso se unió la notificación de la Fiscalía de que le imputará cargos por extorsión agravada a la hija de Malo por un escándalo que EL TIEMPO reveló desde agosto: ser la emisaria de cobros ilegales a funcionarios de la Fiscalía a los que ayudaron a ubicar. Ambos expedientes despedazaron la confianza de algunos magistrados en Malo e hicieron que se convocara al comité de crisis de la Corte, que citó a una sesión extraordinaria. En efecto, el martes, a las 8 de la mañana en punto empezó una acalorada e histórica discusión en la que los magistrados Patricia Salazar, José Luis Barceló y Luis Antonio Hernández fueron los más vehementes. Le dijeron a Malo que aunque no eran sus jueces naturales, ni se trataba de un tema personal, creían que debía renunciar de inmediato. Al coro de se unió el magistrado Fernando Castro. Y aunque otros callaron, incluido Eugenio Fernández, amigo personal de Leonidas Bustos, todos votaron por su salida. De hecho, ventilaron escándalos similares, como el del exmagistrado de la Judicatura Henry...

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