La economía compartida cobra cada vez más fuerza - 1 de Marzo de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 559272058

La economía compartida cobra cada vez más fuerza

A la par del crecimiento de la economía compartida surgen los cuestionamientos sobre su seguridad y responsabilidad legal. En múltiples ciudades –incluidas Londres, París y Bogotá–, los conductores de taxi han protestado ante la presencia de Uber, alegando que escapa de las regulaciones. Por su parte, Airbnb recibió una multa de 30.000 euros en Barcelona por incumplir las reglas regionales que rigen el alquiler de propiedades, y hoy libra una batalla legal en Nueva York ante la presión del sector hotelero, que aduce una presunta competencia desleal. ¿Deben aplicarse impuestos a los modelos de negocios de la era de internet? “Los problemas surgen cuando los reguladores intentan tratar a Uber como una compañía de taxis y a Airbnb como una cadena hotelera. Ese enfoque es inapropiado”, sostiene Matthew Feeney, analista de política del Instituto Cato, de EE. UU. “En lugar de tratar a estas empresas de tecnología como si fueran compañías de taxis y hoteles, los legisladores deben otorgarles a estas últimas más facilidades para competir”, añade. Según Beth Buczynski, autora del libro ‘Compartir es bueno’, las cooperativas, librerías y círculos de intercambio de ropa, comida, bicicletas y niñeras, entre otros, son los ejemplos más útiles del consumo colaborativo. “Mientras compañías como Uber y Airbnb solo estarán de moda por unos pocos años –por las dificultades regulatorias o cambios en el interés del consumidor–, las soluciones compartidas fuera de internet y a nivel de barrio seguirán creciendo –advierte–. La gente está redescubriendo lo que se siente al ser la solución, en vez de depender de una gran corporación para que les venda esa solución, y no creo que vayan a renunciar a eso en el corto plazo”.

Los peligros y la falta de regulación

Guillermo Tupper El Mercurio (Chile) En el invierno del 2012, Kevin Petrovic, de 20 años, estaba discutiendo con su amigo Rujul Zaparde, de la misma edad, acerca de las compañías de economía compartida, aquellos servicios que incluyen trueque de bienes e intercambio de servicios entre particulares. Ambos se dieron cuenta de que el compartir autos era una frontera que ya había sido explorada. “Sin embargo, como viajero frecuente, me percaté de que no había ninguna compañía que facilitara el servicio de autos compartidos en los aeropuertos”, relata Petrovic. Ambos emprendedores declinaron ofrecimientos de Harvard y Princeton para dar vida a FlightCar, una compañía que permite a otros usuarios utilizar el...

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