Y los economistas... - 5 de Julio de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 576800174

Y los economistas...

¿Qué dirán?

Cecilia López Montaño

El papa Francisco, con su encíclica Laudato Si, ha puesto a mucha gente a leer por primera vez un texto de esta naturaleza. No puede negarse que tiene razón Yolanda Reyes porque, en cuanto a temas como el aborto, la homosexualidad y, de alguna manera, la equidad de género, nada de nada; pero, en cambio, la andanada que el Papa les da a los economistas, a la tecnocracia, a los poderosos y a los banqueros sí nos alegra mucho a quienes llevamos deseando que dejen de ser intocables. Es una luz en el camino para estos sectores marginados de la corriente eficientista el hecho de que el Papa se salga del molde para atacar problemas estructurales de este mundo actual, causados por unas élites desproporcionadamente ricas y poderosas y, en demasiados casos, corruptas. Palo para los economistas y la tecnocracia: “La política no debe someterse a la economía”, al tiempo que critica seriamente el eficientismo de la tecnocracia, además de plantear cambios en las relaciones actuales entre la economía y la política. ¿Será que sus palabras sobre la necesidad inaplazable de poner la economía y la política “al servicio de la vida, especialmente de la vida humana” tocarán por fin no el corazón, sino la mente de estos fríos profesionales (en el caso de los economistas) y de estos peligrosos políticos que pululan en Colombia? En estos momentos, cuando a unos y otros los une la frustración por su excesivo triunfalismo y por su descrédito, respectivamente, ¿será posible que estos planteamientos toquen a los jóvenes tecnócratas y nuevos políticos, que no muestran aún grandes diferencias con el pasado? Palo para los empresarios y los políticos: mejor definición, imposible: “Las empresas se desesperan por el rédito económico y los políticos por conservar o acrecentar el poder y no por preservar el medioambiente y cuidar a los más débiles”. Reconoce el Papa en su encíclica algo que ha sido evidente para muchos, pero que estos protagonistas del siglo XXI consideran pura demagogia: el bien común, por encima del beneficio privado. En otras palabras, no solo el hoy y el ahora que dominan los análisis y los intereses de economistas y políticos. ¿Cuántas veces hemos escuchado a nuestra tecnocracia hablar del bien común por encima del beneficio inmediato? Pocas, pero esta visión es inexistente en la mayoría de nuestra clase...

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