Edición especial sobre los estudios organizacionales/Repensando la crítica en los estudios organizacionales. - Vol. 30 Núm. 78, Octubre 2020 - Revista Innovar - Libros y Revistas - VLEX 903469814

Edición especial sobre los estudios organizacionales/Repensando la crítica en los estudios organizacionales.

AutorGonzales-Miranda, Diego René
CargoEditorial

Los estudios organizacionales (eo) nacen en los años se tenta con la fundación y posterior consolidación del Grupo Europeo de Estudios Organizacionales (egos, de la sigla en inglés de European Group of Organization Studies) en 1973 (Lammers, 1998).Este grupo buscaba evitar la superposición hegemónica de alguna postura teórica o metodológica ligada fuertemente al proyecto de la teoría organizacional de corte estadounidense. Romper y distanciarse de la ortodoxia funcional y positivista (totalitaria) era fundamental para abrir el debate y las conversaciones respecto del pensar crítico y el análisis organizacional (Clegg & Hardy, 1996). Es posible vislumbrar cómo en los EO emerge una repotenciación de la crítica que piensa estrechamente los discursos y el poder territorializadamente. En ese sentido, y distanciándose del predominio de la teoría organizacional, los eo, como todo discurso, son parciales, incompletos e inconsistentes, pues su espíritu es tener una política abierta de inclusión y exclusión (Westwood & Clegg, 2003).

Desde este espíritu, entendemos los EO como un campo de conocimiento que, apoyándose en las ciencias sociales y humanas, han contribuido a enriquecer la comprensión de las acciones organizacionales que develan las ideologías y los talantes de quienes participan en el desarrollo del capitalismo y que, de una u otra manera, han trastocado violenta y cruelmente la relación de subordinación laboral moderna centrada en la dignidad de la persona. De ahí que podamos entender los EO como perspectiva emergente en el siglo xx que trata de difundir una línea de trabajo tendiente a trascender las explicaciones funcionales de la acción colectiva organizacional, resistiendo la mirada objetiva del enriquecimiento sin límites del capitalismo y aquellos referentes simbólicos que se cuecen con el hiperindividualismo banal y el ultraliberalismo que ha poroseado fronteras e identidades nacionales.

Lo anterior devela uno de los principales atributos de los eo: su naturaleza crítica (Gonzales-Miranda, 2014), que no ha estado exenta de cuestionamientos. Al respecto, Montaño-Hirose (2014) interroga su capacidad transformadora que se limita--afirman sus detractores--a planteamientos de naturaleza teórica en donde

se exhibe un alto grado de diversidad paradigmática, expresado en la convivencia ecléctica entre diversas posiciones, la cual se realiza sin menor recato epistemológico, coexistiendo [...] propuestas postestructuralistas, constructivista, de la teoría crítica y neomarxistas, entre otras, ocasionando una amplia confusión que restringe las posibilidades de generar una sólida disciplina científica. (p. 35)

Incluso Misoczky (2017) plantea que la tarea de la crítica en los EO es "contraponer la versión 'positiva' de crítica que se hace desde el interior del management sin cuestionarlo en su esencia y en su función para la reproducción de las estructuras sociales que constantemente generan víctimas, una crítica ética y ontológica" (p. 147). En ese sentido no basta--sigue la autora--hablar de un pensamiento como una metodología para crear una disposición para un abordaje de la vida de la producción, del trabajo, de las relaciones, tal como lo proponen Alvesson y Willmott (1996) a manera de un "remedo de crítica", sino que se requiere de una crítica ontológica que lleve la praxis transformadora de las estructuras sociales.

Dada esta válida y propositiva controversia que nos invita a comprender un poco más lo que son los eo, es posible controvertir y fortalecer la discusión en relación a los EO y la crítica, sin pretender con tal ejercicio allanar tal discusión. Pero, entonces, ?qué es la crítica? En una conferencia dictada en la Sociedad Francesa de Filosofía en la Universidad de la Soborna en 1978, Michel Foucault responde lo siguiente: "cierta manera de pensar, de decir, también de actuar, cierta relación con lo que existe, con lo que se sabe, con lo que se hace, una relación con la sociedad, la cultura, una relación, asimismo, con los otros y podríamos llamar, digamos, la actitud crítica" (2018, p. 46). Las ideas del pensador francés nos llevan a considerar la crítica como una actitud vital, ética y estética de ser y estar en el mundo, una cualidad que se puede cultivar y que repotencia las relaciones de los individuos en su cotidianidad. Es la capacidad de estar informados para poder establecer juicios sobre los actores y sus acciones desde una actitud más reflexiva (Messner, Clegg, & Kornberger, 2008). Diría Foucault (2018) que hay un imperativo que subyace a la crítica que tiene una connotación general, por lo que se emparenta con la virtud.

Lo anterior nos permite hacer algunas consideraciones. Una de ellas es que la crítica como cualidad humana no es negativa, sino que dispone y sugestiona el actuar del individuo para obrar de acuerdo con determinados proyectos ideales como el bien, la verdad, la justicia y la belleza. En ese sentido, la crítica se opone a una acción destructiva, poco deseada, derrotista o pesimista, ya que guarda una estrecha relación con la reconstrucción de la vida ética de los individuos. La crítica da cuenta de un pensamiento de vida que instaura una relación con el mundo y, de alguna u otra manera, recondiciona el vivir con el respeto, la gratitud y la hospitalidad que adviene con el valor de la humanidad de todos los seres humanos. Implica también, irremediablemente, un grado de coherencia, de sinceridad. No se puede ser crítico, y, en ello, virtuoso en la incoherencia de las ideas que proclaman, por un lado, cierta independencia frente a los discursos de gestión totalizantes que tienden a reducir las personas a una mera funcionalidad exitosa y, por el otro, la participación timorata en la denuncia que, lejos de contraponer con coraje y valentía el punto de vista, dialoga y se acomoda a esas lógicas con él ánimo de no ser catalogado como desertor, opositor o mal empleado.

Es en ese sentido, queremos rescatar aquí la crítica como una actitud virtuosa, que es imprescindible cultivar y ejercer coherentemente. En relación con esto, es lamentable y triste reconocer que, en algunos casos, la crítica se ha convertido en una moda académica. En efecto, muchas organizaciones, públicas y privadas, como diversos programas de administración, han confluido en sostener y adoptar la crítica como uno de los pilares en sus programas de formación, pero en la realidad muchos se alejan y, por qué no decirlo, la desvirtúan cuando dicha actitud incomoda (inevitablemente) conlleva a una autorreflexión, y, mucho más, a un reconocimiento que antecede a un cambio en el proceder, o a una renuncia en la forma de pensar.

No obstante lo anterior, la crítica reconoce también --alejándose de toda ideología restricta que reniega de la imperfección de la naturaleza humana--las subjetividades de los individuos que les permiten gozar de un margen de libertad para decidir lo que es recto en el obrar. En ese sentido, la crítica no podrá tener una unicidad de pensamiento, un carácter común con tendencia universalista, ya que por su naturaleza, diría Foucault (2018), "por función --iba a decir por profesión--, parece condenada a la dispersión, la dependencia, [a] la pura heteronomía" (p. 46).

Ahora bien, ?qué se crítica en el contexto organizacional? La conceptualización de la organización ha estado mediada por una aproximación funcional, estacional, sincrónica y estática. Normalmente definida a partir de componentes tales como los recursos humanos, la estructura y los objetivos, la organización ha visto mermado su valor social expresado en el entretejido de las dinámicas sociales, que anidan y coexisten en su interior, a una mera comprensión superficial, efímera y lineal de la muestra de sociedad que conforma su naturaleza misma. Las posibilidades comprensivas que ofrece el concepto de organización, para entender la sociedad desde los EO y, con ello, identificar las fuerzas que las subyacen y las condicionan por caminos que buscan priorizar lo individual frente a lo colectivo, se sofocan al impedir dilucidar su capacidad de adaptación para reconstruirse a partir del flujo de agentes diversos que la rodean (Ibarra-Colado, 2006).

Es así como la actitud crítica busca dilucidar el carácter social de las organizaciones y en él las diversas lógicas de acción que realizan los individuos involucrados. En esta ocasión, y entre las múltiples posibilidades que tendría la crítica en los eo, quisiéramos rescatar la pregunta que interroga cómo las organizaciones son gobernadas, es...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR