Editorial - 17 de Noviembre de 2013 - El Tiempo - Noticias - VLEX 476328478

Editorial

Reformas, no parálisis

Faltan solo unos días para que Juan Manuel Santos le informe al país su decisión respecto a presentar su nombre para un segundo periodo como Presidente de la República. Aunque siempre hay espacio para las cábalas, todo indica que el inquilino de la Casa de Nariño aspirará a repetir mandato, con la promesa de concluir una obra de gobierno a la cual le restan años y no meses. Hay que esperar, por supuesto, a que la ciudadanía emita su veredicto en las urnas, para ver si prefiere la continuidad o una cara nueva. Pero antes de que ello ocurra, es menester expresar el deseo de que el abanico de candidatos que inscriban su nombre en representación de movimientos y partidos hagan propuestas –y no ataques arteros– para que la opinión escoja la que considere la mejor. Sea quien sea la persona elegida, resulta fundamental que tenga la capacidad de construir fórmulas e impulsar reformas que conduzcan a resolver los múltiples desafíos que enfrenta la nación. Aunque la expresión de ese deseo puede sonar obvia, no lo es tanto para quienes consideran que hay una inquietante lentitud a la hora de sacar adelante una agenda para que la sociedad colombiana sea más justa, próspera y pacífica. Y es que en los últimos tiempos parecería que el ánimo de hacer correctivos ha disminuido. Frente a diagnósticos que señalan que el país tiene una larga lista de tareas pendientes en múltiples áreas, el entusiasmo en favor de ciertas transformaciones se ha detenido. Incluso, aquellos sectores en donde hay problemas evidentes y la crisis se ahonda con el correr de los días acaban prefiriendo dejar las cosas como están. Ante la falta de avance, lo más fácil es lanzarle dardos al Legislativo, cuyo balance en el actual periodo de sesiones apunta a ser pobre. Para quienes cuestionan su labor –que son muchos–, los congresistas están pensando más en la campaña que viene que en las labores que les asigna la Constitución. Sin embargo, también es válido reconocer que lo que pasa en el Capitolio refleja lo que pasa en la nación. Mientras la mayoría de la gente aspira simplemente a que todo funcione mejor, segmentos de la comunidad han usado la protesta social para plantear sus argumentos, utilizando con efectividad el espacio que les conceden los medios y cuestionando tal o cual propuesta. En algunos casos, los reclamos están inspirados en la búsqueda del bienestar general. Pero en otros hay ideas que son objeto de ‘matoneo’ a causa de intereses particulares...

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