Editorial - 21 de Septiembre de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 530467150

Editorial

Lecciones de un referéndum

El matrimonio de Escocia con el Reino Unido no terminó en divorcio. En una histórica jornada democrática, marcada por una participación récord (84,6 por ciento), el referéndum independentista fue ganado por el ‘no’ (55,3 contra 44,7), lo que significa que la tres veces centenaria unión continuará junta su camino. Pero, como en todo lío de partición de sábanas, el arreglo se hizo a un precio altísimo, pues el gobierno de Londres, en un ataque de pánico ante el avance del ‘sí’ en los sondeos, prometió el oro y el moro a cambio de que el matrimonio no se disolviera. Y va a tener que cumplir. Así que los escoceses gozarán pronto de más autonomía y una ampliación de sus competencias. Hábilmente, con su referéndum, los líderes independentistas se pusieron en una situación de gana-gana. Si triunfaba el ‘sí’, disfrutaban de las bondades de la vida independiente y satisfacían sus legendarios anhelos nacionalistas, aunque también asumían más deberes y responsabilidades. Si ganaba el ‘no’, igual lograrían grandes concesiones de Londres, tal como lo prometió, estando contra la pared, el primer ministro, David Cameron. El ‘derrotado’ Alex Salmond, líder nacionalista escocés, le ganó de lejos la mano al gobierno conservador británico, que ahora va a tener que enfrentar las críticas de sus correligionarios, que consideran que las promesas fueron excesivas. También se va a tener que medir en el 2015 con los laboristas en unas elecciones en las que son evidentes sus debilidades, y, si es el caso, cumplir luego la promesa de hacer un referéndum en el 2017 para definir si el Reino Unido se queda o se va de la Unión Europea. Desafíos muy grandes para un gobierno que ahora deberá darles algún contentillo a Gales e Irlanda del Norte, los otros integrantes del matrimonio en problemas. El último aún sueña con un futuro referéndum que le permita unirse a la independiente República de Irlanda. Pero el asunto es más complejo. En el plano europeo, la victoria del ‘no’ se convirtió en una bálsamo refrescante ante el terremoto que se veía venir si Escocia se independizaba. La razón es que el proceso escocés, realizado bajo el amparo de la ley y con todas las garantías, se percibe muy inspirador para otros nacionalismos latentes, que buscan emular la gesta de Salmond. En la cercana España, en Cataluña, avanza un proceso soberanista que podría convocar a un referéndum para el próximo 9 de noviembre, que, al contrario del caso escocés, es...

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