Editorial - 24 de Diciembre de 2014 - El Tiempo - Noticias - VLEX 550088902

Editorial

Feliz Navidad

Esta fecha, donde se comparte y se renueva el núcleo social por excelencia, es precisa para pensar en el futuro de la sociedad que se levanta hoy. Qué camino les estamos labrando a los niños, a muchos que nacen en esos ambientes similares a los humildes pesebres.

Hoy es el día de la Natividad o la Navidad. Y nadie se salva de ella. Nadie, así la deteste, así la niegue, es completamente inmune a sus efectos. Más allá del espíritu religioso que la celebración conserva en las casas de tantos colombianos, e independientemente de que en los atestados almacenes del país se bordeen la desesperación y la locura, sin lugar a dudas se trata de una época cuyo clímax sigue siendo un largo día, del 24 al 25, en el que cada quien cuenta sus bendiciones, y los niños, que han esperado la magia con la paciencia que no tienen, caen en la cuenta de en qué estado se encuentran sus hogares. La Navidad ha sido, y lo es hoy, el balance de cada familia. Y el de esta vez, aquí en Colombia, conduce a la vergüenza, pero le abre paso a la esperanza. Nunca ha sido fácil vivir una infancia en un mundo que no siempre es justo con los seres pequeños. Según el evangelio de Mateo, José, aquel padre adoptivo de Jesús, al que le rezan las novenas colombianas, en plena noche despertó a su esposa, tomó a su hijo en brazos y se fue a Egipto cuando un ángel de Dios le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. Como se sabe, sobre Herodes recae la historia negra de la llamada matanza de los inocentes, de los recién nacidos, en busca de Jesús. Y no está de más acudir a este registro bíblico para situarnos en el ahora y pensar en la niñez de hoy, porque si algo ha sido lamentable de este 2014 es el hecho de que miles de infantes hayan sufrido los embates de la guerra sin ninguna clase de compasión y no hubieran tenido a nadie que los rescatara de la muerte. Produjeron asco e indignación, a lo largo y lo ancho del planeta, los ataques indiscriminados a aquellas indefensas escuelas de Siria; el secuestro de 276 niñas en la provincia nigeriana de Borno, ejecutado por el grupo extremista nigeriano Boko Haram; la horrenda e imperdonable muerte de 500 niños palestinos durante los cincuenta días eternos que duró la llamada ‘operación margen protector’ en Gaza; la matanza inexplicable, un martes de colegio como cualquiera, de 132 niños pakistaníes, que a duras penas habían...

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