Editorial - 22 de Febrero de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 558340746

Editorial

Asfixiar una democracia

La rocambolesca operación sin orden judicial que terminó el jueves con la captura del opositor alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, que incluyó derribo de puertas, saqueo de su despacho y tiros al aire ejecutados por una extraña mezcla de encapuchados y agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin, policía política), puede marcar un punto de quiebre en el rumbo que tomará en el futuro la revolución bolivariana. Si hasta hace poco el régimen de Nicolás Maduro mantenía, digamos, una fachada democrática y respetaba ciertas formas, toda vez que su muy apretado triunfo en las urnas fue avalado por la comunidad internacional, la voraz persecución contra la oposición y en especial contra el grupo liderado por el encarcelado hace un año Leopoldo López, el ahora detenido Ledezma y la carismática María Corina Machado –que podría ser la próxima– marca un dramático retroceso en el Estado de derecho del vecino país y lo encamina decididamente por los rumbos del totalitarismo y del recorte de libertades. Los agresivos métodos del grupo que se llevó a Ledezma se parecen, guardadas las proporciones, a las operaciones ejecutadas por oscuros comandos en las dictaduras de Argentina y Chile. La diferencia es que gracias a las cámaras de seguridad y a las redes sociales el hecho no quedó en las tinieblas. Y es que Ledezma ha sido desde tiempo atrás un hueso muy duro de roer para el chavismo, porque les ha ganado sucesivas elecciones a la alcaldía metropolitana de Caracas, un botín político enorme, y porque sus posiciones siempre han sido firmes, respetuosas y ponderadas. Palabras aparte merece el dramático episodio en el que le fue arrebatado por la fuerza el teléfono a López mientras concedía una entrevista a CNN en Español y que quedó registrado en la grabación de la cadena. Desde entonces fue confinado, según denunciaron sus familiares, a una celda de aislamiento llamada ‘el tigrito’, en el penal militar de Ramo Verde, en el que el jueves se vieron extraños movimientos de tropas que encendieron las alarmas sobre un posible e irregular traslado del líder opositor. Todo esto, en un contexto de crispación social alimentado por las acaloradas versiones de Maduro de que un supuesto eje Bogotá-Madrid-Miami está fraguando un complot para derribarlo y de sus constantes comentarios en torno a que lo que llama la extrema derecha colombiana estaría, junto con la oposición y un grupo de militares ahora detenidos...

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