Editorial - 13 de Diciembre de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 589299486
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Vincent

Que prime la sensatez

Es usual que el mes de diciembre llegue acompañado de las tradiciones propias de la época, entre ellas aguinaldos, natillas y buñuelos. Pero, aparte de celebrar una temporada que combina motivos religiosos y comerciales con rezos, diversión y descanso, el último mes del calendario también incluye la discusión sobre el nivel del salario mínimo que rige a partir del primero de enero siguiente. Las cosas no son diferentes este año, según lo demuestran las reuniones que convocan a empresarios, sindicatos y Gobierno, y cuyas primeras deliberaciones en forma tuvieron lugar en la semana que termina. Como es usual, cada bando hizo saber sus posiciones, no sin antes reiterar la esperanza de que se llegue a una solución de consenso. Más allá de la buena voluntad expresada por las partes, conseguir que brote el humo blanco de un acuerdo no parece fácil. La razón es que las condiciones que rigieron en épocas recientes han desaparecido. No solo la economía colombiana experimenta una notoria desaceleración, sino que el aumento en el índice de precios al consumidor supera con creces las metas fijadas por las autoridades. Las cifras son elocuentes. Tal como lo reportó el Dane el jueves pasado, el crecimiento del producto interno bruto en los primeros nueve meses del 2015 llegó apenas al 3 por ciento, cerca de un punto porcentual y medio menos que en igual periodo del año pasado. El motivo del frenazo es el fin de la bonanza de precios de las materias primas que exportamos, lo cual incide en una pérdida de ingresos de carácter permanente. Así vayamos mejor que nuestros vecinos, pasamos a un carril de velocidad más lento, lo que repercutirá en la capacidad que tiene el sector productivo de generar nuevos empleos. De hecho, la desocupación viene aumentando de manera sostenida a lo largo de los últimos meses, a pesar de que todavía se encuentra en un dígito. Mientras eso sucede, la inflación no da respiro. El dato de noviembre llevó el alza de la canasta familiar por encima del 6 por ciento anual, y superó el rango de entre 2 y 4 por ciento anual fijado por el Banco de la República como objetivo de largo plazo. Ahora la mayoría de los analistas consideran que la carestía puede acercarse al 7 por ciento en el año completo, debido a que los alimentos se han encarecido y la devaluación le pone presión al costo de los bienes importados. Una realidad que combina una mediocre situación económica con precios al alza exige un manejo cauteloso de...

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