Editorial - 20 de Noviembre de 2016 - El Tiempo - Noticias - VLEX 653550529

Editorial

La Van der Hammen

Más de tres lustros completa el tire y afloje en torno al futuro de la denominada zona de desarrollo del norte de Bogotá. Un tema en el que han intervenido los más altos poderes locales, regionales y nacionales a la hora de visualizar el mejor destino para un territorio clave de la capital y cuyo eje de discusión actual es la reserva Thomas van der Hammen, en honor al científico que contribuyó, entre otras cosas, a descubrir la riqueza ecológica de la Sabana y los Andes. Lejos estaba él de imaginar que la paquidermia institucional sería una de las razones principales para que la reserva esté hoy como hace 16 años: en nada. No ha habido recuperación ni intervención. La secretaría técnica que se creó a instancias del Ministerio de Ambiente y sentó las bases para la implantación de la franja vio pasar 11 años sin que la CAR delimitara el territorio por proteger. Fueron las acciones judiciales las que la llevaron a expedir, finalmente, el acuerdo 11 del 2014, un plan de manejo de la reserva que incluye la prohibición de construir, hacer vías, escenarios deportivos, talar árboles, plantar especies exóticas, habilitar espacios de recreación, promover usos industriales y/o dotacionales. A cambio, dos docenas de proyectos se han elaborado para recuperarla y convertirla en un pulmón verde. Pero tampoco se han implementado. Entre tanto, persisten en la franja –una zona de 1.395 hectáreas, entre los cerros orientales y el río Bogotá– la explotación agrícola, colegios, urbanizaciones, campos deportivos, escombreras, estacionamientos y hasta instalaciones de gas. Todo un contrasentido. La razón es simple: no hay con qué adquirir los predios ni se ha incentivado a sus dueños para que aporten. Se calcula que el costo de la recuperación comenzaría en 3 billones de pesos. En el papel está que los recursos podrían conseguirse vía estímulos a los propietarios, castigos y multas, exoneraciones tributarias, compra de predios, pero tampoco ha habido acciones en tal sentido. Desde su pasada administración, el alcalde Enrique Peñalosa ha librado una batalla jurídica para que se permita el desarrollo de la Van der Hammen. Un desarrollo que, según él, garantiza el crecimiento ordenado del norte, adonde arribarán millones de personas en las próximas décadas. Lo denomina Ciudad Verde, y tendría vivienda, vías, transporte público y corredores ecológicos que conectarán los cerros con el río. La otra razón es la urgente necesidad que tiene Bogotá de...

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