Editorial - 29 de Enero de 2017 - El Tiempo - Noticias - VLEX 663320637

Editorial

El código para la convivencia

Una de las normas más trascendentales de las últimas décadas en el país, que tiene que ver con el comportamiento social, entra en vigencia a partir de mañana. Tras casi 50 años, Colombia cuenta con un nuevo Código de Policía y Convivencia, y se espera que sus buenos efectos empiecen a notarse desde ya en la vida de los colombianos. Y no es una expectativa infundada: como pocas leyes, el código contiene disposiciones que tocan el día a día de las personas y fija reglas mínimas de comportamiento que, sin duda, harto se requieren en estos momentos. Son 243 artículos que les ponen, por fin, dientes a las sanciones contra aquellos que alteran la convivencia ciudadana. Era una necesidad esta herramienta, urgente para las autoridades. No es un secreto que el código derogado fue redactado en 1970 y se había convertido en un rey de burlas, por lo desueto de sus multas –80 pesos por arrojar basura en la calle–. Y porque en estos 47 años mucho ha cambiado la nación. Inclusive las contravenciones y la misma sociedad. De hecho, algunos de los comportamientos que castiga administrativamente la nueva norma simplemente no existían en aquella época, como la alteración de los códigos de identidad de los teléfonos celulares, para solo poner un ejemplo. Las leyes inoperantes producen un efecto totalmente contrario a la intención con la que fueron redactadas. Eso estaba pasando con el viejo código, pues la impunidad que rodeaba prácticamente cualquier comportamiento reprochable terminaba siendo un incentivo, digamos, para los malos vecinos o los irresponsables que se cuelan en TransMilenio, arriesgando su vida. Con el agravante de que disputas relativamente triviales que debían resolverse por la vía del respeto terminan muchas veces, como se ha visto, en tragedias. No es casual que, según cálculos de las autoridades, cerca del 40 por ciento de los casos de homicidio en el país tengan como antecedente riñas y problemas de convivencia. Los ciudadanos, a fuerza de carecer de mayores opciones, tenían que resignarse a aceptar comportamientos que irrespetan al otro. El ruido desbordado a cualquier hora del día, las reparaciones locativas en las noches o los feriados, la tenencia irresponsable de mascotas y las calles hechas basureros se convirtieron así en un cuadro recurrente. Pues, desde este 30 de enero situaciones como esas pueden ser –o deben ser, mejor– sancionadas. La Policía, que tiene en la efectiva aplicación del nuevo código...

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