Editorial La herencia de Rionegro - 8 de Mayo de 2013 - El Tiempo - Noticias - VLEX 435034030

Editorial La herencia de Rionegro

Hoy hace 150 años, y luego de unas deliberaciones que duraron menos de tres meses, fue aprobada la Constitución de Rionegro, un texto que recogía las aspiraciones del liberalismo colombiano, que, encabezado por el general caucano Tomás Cipriano de Mosquera, acababa de derrotar, en una guerra civil larga y costosa, al gobierno conservador de Mariano Ospina Rodríguez.

Fue una carta política de vencedores: los conservadores no tuvieron ninguna representación, y las deliberaciones, a veces ásperas, enfrentaron sobre todo a los civilistas -abogados, periodistas, comerciantes y propietarios rurales-, que no querían quedar bajo el dominio de un caudillo en el que no confiaban y que parecía más amigo del militarismo y los artesanos que de eliminar el poder político y económico de la Iglesia y de evitar el resurgimiento del conservatismo, identificado con el fanatismo y el clero.

El texto aprobado, además de limitar los poderes del presidente y reforzar los del congreso y las cortes, consagró un alto grado de federalismo, con presidentes de cada Estado elegidos por voto popular y reglas electorales fijadas en las constituciones regionales. Al gobierno central se le atribuyeron las relaciones internacionales, el manejo del crédito público y el comercio internacional, la organización del ejército y, en forma congruente con los poderes regionales, la organización de la educación y las vías de comunicación. Además, hizo una definición muy amplia de las libertades y derechos de los ciudadanos. Eliminó la pena de muerte y consagró en forma expresa los derechos a la propiedad y, así, las libertades de pensamiento, imprenta, enseñanza, residencia y trabajo. Incluso, autorizó el derecho a la posesión de armas, al menos en tiempo de paz.

La constitución ha tenido una mala imagen: los conservadores lograron crear la idea de que era utópica, basada en una confianza ingenua en la bondad humana: una constitución para ángeles, pero no para seres humanos reales. Sin embargo...

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