Los efectos regionales y locales de la política de cooperación al desarrollo de la Unión Europea: el caso de Sudamérica y Colombia
| Autor | Alexander Martínez Rivillas |
| Páginas | 123-157 |
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Estudios Políticos No. 28. Medellín, enero-junio 2006
Estudios Políticos No. 28. Medellín, enero-junio 2006 123-157
Los efectos regionales y locales de la política de
cooperación al desarrollo de la Unión Europea:
el caso de Sudamérica y Colombia
*
Alexander Martínez Rivillas
**
Antecedentes de la cooperación
Desde la constitución de la primera Comunidad Europea (CE), en un marco de
posguerra, el Tratado de Roma previó las herramientas jurídicas y los fondos públicos
necesarios para apoyar el desarrollo de algunos países de África (antiguas colonias
independizadas de los Estados europeos fundadores), mediante distintos acuerdos
internacionales. En pleno período de Guerra Fría, y en virtud del mismo tratado, la
CE amplió el campo de cooperación a los países del Caribe y el Pacífico, incluyendo
a las excolonias de ultramar del Reino Unido, que se integró a dicha comunidad en
este período. Del mismo modo, aquellos países “no asociados” que no fueron
incluidos en la privilegiada lista ACP (África, Caribe y Pacífico), fueron incorporados
mediante otra lista regional, en la cual se integraban otros países de América Latina
y Asia (ALA), gracias a las primeras iniciativas de política de cooperación exterior del
Parlamento Europeo (PE). Al mismo tiempo, la necesidad de “asociar” a subregiones
ALA con dinámicas de relaciones internacionales y de desarrollo heterogéneas para
el caso de América Latina, dio lugar a formas de cooperación más estrechas con
América Central, México y algunos países de Sudamérica como Chile y el bloque
* Este artículo hace parte del proyecto de investigación
Gobernanza y políticas públicas de
la Unión Europea
, desarrollado por el autor en la Universidad Autónoma de Barcelona.
** En primer lugar, extiendo mis agradecimientos a la Alcaldía de Inzá, Cauca, 2004-2007,
por haberme dado la oportunidad de participar de su amplia red de organizaciones
sociales. A Edouard Jourdain, por sus valiosas contribuciones y la revisión del borrador,
y a Francesc Morata, de la Universidad Autónoma de Barcelona, por sus importantes
observaciones.
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MERCOSUR, básicamente. Sin embargo, la región del antiguo Pacto Andino(PA),
ahora Comunidad Andina de Naciones (CAN), constituyó, desde el inicio de las
relaciones con la CE, un bloque menor de atención en sus relaciones bilaterales.
Asimismo, se constituyeron otras subregiones de atención, como los países Medite-
rráneos Orientales y Meridionales (MOM) y los del Medio Oriente (MO), los cuales
representan un foco de conflictos regionales.
Desde la Posguerra Fría, con la concepción de un instrumental jurídico más
eficiente del Tratado de la Unión Europea (TUE) en materia de cooperación, la Unión
Europea (UE) concentró sus relaciones exteriores y su ayuda pública en los países de
Europa Central y del Este (PECO) y en los nuevos Estados independientes de la
antigua Unión Soviética (NEI). De hecho, los años más recientes se han caracterizado
por un amplio despliegue de cooperación para aquellos países PECO de la reciente
ampliación, y la tendencia será el fortalecimiento de mecanismos de asociación más
estrechos con los países que se encuentran en proceso de inserción. Ahora bien, en
este breve mapa de la evolución de la política de cooperación de la UE, subyace un
conjunto complejo de intereses políticos y económicos que no se estudiará aquí en
detalle, pero sí se abordará de forma esquemática.
1. Las prioridades de la cooperación al desarrollo
La política de cooperación al desarrollo de la UE está en función de tres
prioridades: la política de asociación para su ampliación, la política de asociación para
la seguridad regional e interregional y la política comercial exterior para asegurar el
crecimiento de su exigente mercado común. Las tres prioridades, a manera de
reducción, obedecen a la consabida estrategia del bloque europeo de consolidarse
como una potencia en el mundo, con un estilo más concertado de gestión del poder,
en oposición a la dinámica hegemónica y unipolar de Estados Unidos. Evidentemen-
te, las etapas mencionadas anteriormente (Posguerra, Guerra Fría, Posguerra Fría y
ampliación hacia el Este) se explican en función de aquellas prioridades o de una
combinación coherente de las mismas.
En cuanto a la primera etapa, en el escenario de los países ACP, los convenios
alimentarios de Yaundé con sus excolonias a finales de los cincuenta, y el convenio
Lomé de los sesenta, se explican en parte por la “amenaza” del comunismo que
“ofrecía más posibilidades” a estas naciones recién independizadas,
1
es decir que se
1 Commission.
Les Programmes de Coopération Extérieure de la Communauté Européenne;
Politiques, Gestion et Répartition, Commission Européenne
. Por Aidan Cox y Jenny
Chapman. Londres, Overseas Development Institute, 1999, p. 7.
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trataba de un tema que amenazaba la ampliación del bloque europeo y su seguridad
regional e interregional.
Durante la Guerra Fría, caracterizada aquí desde la poscrisis de los misiles en
Cuba, en 1962, las tensiones con la Unión Soviética aún prevalecían, pero África
Subsahariana ingresaba en una etapa de conflictos civiles —con sus posteriores
genocidios étnicos—, lo cual amenazaba las sensibles relaciones interregionales
europeas; ante esto se concibe el aparato de coordinación para la cooperación más
integral de la CE, compuesto por un programa de compensación a las exportaciones
de la mayoría de los productos provenientes del grupo ACP, donaciones para
reformas estructurales, infraestructura vial, comunicaciones y producción energética,
entre los principales sectores. En efecto, estabilizada la subregión, la balanza comer-
cial augura un prometedor mercado de 20 millardos de euros a principios de los
noventa.
En el período de Posguerra Fría, con un mercado relativamente consolidado, el
continente africano pasa a un segundo lugar, y los países del Caribe y el Pacífico se
ubican como los principales beneficiarios per cápita. Asimismo, el flujo de transferen-
cias empieza a disminuir lentamente, lo que se puede evidenciar en la diferencia de
fondos per cápita entre la Guerra Fría y la Posguerra Fría, a pesar de que se mantiene
el mismo conjunto de sectores de cooperación (véase la tabla 1).
Finalmente, en el contexto del Nuevo Orden, caracterizado por una nueva
noción de “guerra preventiva” y “mercenarización” de los conflictos,
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y una profundización
de la liberalización de la economía, la cooperación hacia los países ACP ha menguado
progresivamente los recursos de donación tradicional, para pasar a un apoyo menos
concesionario, al mismo tiempo que el sector de ayuda ha cambiado radicalmente para
concentrar sus recursos en infraestructura y servicios sociales, esto es, la estructura
básica de los indicadores más sensibles de la pobreza, lo que puede suponer un nuevo
espíritu de asociación menos asistencialista en la medida en que se ataca con eficiencia
una amplia base de conflictos y se interviene de una forma más homogénea a la
población. En efecto, los principios rectores del TUE en cuanto a la cooperación, se
hacen extensivos en los programas locales “Desarrollo económico y social duradero”
e “Inserción en la economía mundial” (este último explicado por el crecimiento
2 J. Tokatlian. “Latinoamérica ante un escenario internacional cambiante: desventuras,
desafíos y dilemas”. En: Freres y Pacheco (editores). Desafíos para una nueva asociación.
Madrid, Catarata, 2004, pp. 31, 32.
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