Electores perplejos - 18 de Septiembre de 2021 - El Tiempo - Noticias - VLEX 875973516

Electores perplejos

No he sido político de profesión ni valido de ningún político. El único cargo público que he ocupado -la rectoría de la Universidad Nacional- no fue una dádiva o compensación por haberle sido útil al nominador de turno, el presidente de la república. Mi filiación política era contraria a la suya, y yo no era cercano a las directivas de mi partido -el Liberal-; por lo tanto, no tenía chance de ser cuota política. Cuando se me ofreció el cargo era decano de la Facultad de Medicina, es decir, formaba parte de la academia. Confesado lo anterior, debo también divulgar que no he sido indiferente con la política. Para Aristóteles, el hombre es por naturaleza un animal político. Desde cuando estudiaba bachillerato, la política formaba parte de mis inquietudes intelectuales, entendiéndola como la entendía el filósofo estagirita: una ciencia que busca el bien común. Cursé los últimos años de secundaria en el colegio de la Universidad Libre, donde se respiraba el espíritu liberal del fundador, Benjamín Herrera. Por mi récord académico me fue ofrecida una beca para estudiar Derecho y Ciencias Políticas; la decliné por haberme decidido desde tiempo atrás a ser médico. Es probable que si hubiera sido abogado, me hubiera contagiado de política y escalado posiciones burocráticas. Cuando salía de clases me iba con unos condiscípulos al Congreso de la República a escuchar los debates que allí se suscitaban, y cuyos protagonistas eran figuras prominentes de la política, casi todos elocuentes oradores: Jorge Eliécer Gaitán, Laureano Gómez, Manuel Serrano Blanco, Carlos Lleras Restrepo, Augusto Ramírez Moreno, Silvio Villegas, Alfonso López Michelsen, Gilberto Alzate Avendaño... Infortunadamente, la animadversión partidista comenzaba a desprestigiar el Congreso y a envenenar su ambiente, a punto tal que de la pistola de un padre de la patria salieron las balas que acabaron con la vida del representante liberal Gustavo Jiménez e hirieron al patricio Jorge Soto del Corral, escribiendo con ello una de las páginas más vergonzosas de nuestro Parlamento. Desde entonces se adormeció el animal político que llevo dentro. En una entrevista que se le hiciera a quien fuera presidente de EE. UU., Harry S. Truman, espetó esta confesión: "Mis metas en la vida fueron ser pianista en una casa de putas o ser...

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