Embargo, piedra en el zapato en la normalización EE. UU.-Cuba - 5 de Julio de 2015 - El Tiempo - Noticias - VLEX 576799854

Embargo, piedra en el zapato en la normalización EE. UU.-Cuba

“Es imposible normalizar relaciones cuando un país está castigando al otro con este tipo de sanciones unilaterales”.

Richard Feinberg

Analista estadounidense

América

Sergio Gómez Maseri Corresponsal de EL TIEMPO Twitter: @sergpom68 Washington. Era enero de 1961 y las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, por décadas muy estrechas, estaban en su peor momento. El régimen de Fidel Castro, que se había tomado el poder dos años atrás, continuaba nacionalizando empresas y propiedades pertenecientes a estadounidenses mientras afianzaba lazos con la Unión Soviética, el archirrival de Washington. Dwight Eisenhower, entonces presidente de EE. UU., había respondido estrangulando a La Habana con un embargo comercial. Pero la copa pronto se rebosó. Hablando desde la Casa Blanca, el presidente anunció el rompimiento de las relaciones acuñando palabras que hoy todavía resuenan: “Mi esperanza y mi convicción es que en un futuro no muy lejano será posible que nuestra amistad histórica se vea reflejada en relaciones normalizadas”. Tuvieron que pasar casi 55 años, plagados de fricciones y hasta conatos de guerra, para que su predicción se hiciera realidad. Esta semana, los presidentes Barack Obama y Raúl Castro presentaron un acuerdo que permitirá el restablecimiento de relaciones diplomáticas a partir de este 20 de julio. Fue sin duda un anunció histórico que se convierte en el gran legado de Obama para América Latina y también de Castro, si actúa en consecuencia. Pero como dice Richard Feinberg, del Brookings Institution, el trabajo duro apenas está por comenzar. “La reapertura de embajadas en ambas capitales establece una plataforma desde la que se pueden mantener y comenzar a construir relaciones más normales, pero lo que viene es mucho más duro, pues ambos países tendrán que comenzar a desmantelar el muro de restricciones que se elevaron y que los ha mantenido separados por dos generaciones”, sostiene el analista. Un muro, además, cuya demolición ya no dependerá tanto de la voluntad de los presidentes sino de un conjunto de complejas variables atadas a las realidades políticas de ambos países. Eso se vio reflejado en los discursos que los dos mandatarios pronunciaron el miércoles, tras dar la buena nueva. Obama dejó claro que EE. UU. seguirá insistiendo en que Cuba debe respetar los derechos humanos y extender libertades a sus ciudadanos. Varios de sus asesores les dijeron a los medios que será clave, a su vez, la resolución de cientos de demandas que...

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